Redacción, 16-12-2014.- El Dr. Carlos Ballesta (Tejeda, 1947) vive en Barcelona donde ejerce su profesión de cirujano. Médico humanista, gran conocedor y estudioso del Islam en España, pasó su adolescencia y juventud en Granada, ciudad a la que sigue profundamente ligado.
Es uno de los más notables bibliófilos españoles sobre temática morisca. Gracias a su Fundación Carlos Ballesta López, han empezado a ver la luz las joyas bibliográficas que atesora. Esta afición, en la que obtiene logros tan notables, es una de las facetas más desconocidas de su personalidad que vuelca en su vertiente literaria como escritor, aportándole el rigor histórico que reflejan sus novelas.
Especialista en novela histórica, sus anteriores obras «El Misterio del Carmen» y «El hombre del Emperador» han sido rotundos éxitos editoriales, tanto de crítica como de público.
El Dr. Carlos Ballesta ha viajado en innumerables ocasiones a Hispanoamérica, lo que le ha permitido conocer en profundidad las culturas precolombinas, especialmente la peruana.
En «Beatriz de Salcedo. La Esclava Blanca», narra la historia, cruda y real, de Beatriz la morisca, esclava, soldadera (prostituta), concubina y liberta, que llegó a ser la esposa del custodio del arca de las tres llaves, el veedor García de Salcedo. Capturada joven como esclava en las montañas del Reino de Granada, pasa unos años como prostituta en la convulsa Granada del siglo XVI. Posteriormente viaja a Perú, donde participa en primera persona en la conquista del Imperio Inca junto a Pizarro, Almagro y aquellos trescientos españoles que hicieron posible tan gigantesca empresa. Vivió con las mujeres del Emperador Inca Atahualpa tras su captura y posterior asesinato, conociendo sus secretos y costumbres. Es uno de los personajes más apasionantes y desconocidos del siglo XVI. Su papel fue tan importante que es la única mujer que junto a Pizarro y sus capitanes, aparece en las actas de fundación de la Ciudad de los Reyes (actual Lima); llegando a ser la mujer más rica del Virreinato del Perú, costeando la construcción de su catedral. Una mujer de belleza excepcional, que valiéndose de sus dotes e inteligencia, supo constituir sociedades y empresas, que le permitieron controlar el comercio y el poder de aquel vasto imperio, e incluso, indirectamente, el del propio emperador Carlos V. Una historia tan apasionante como apasionada fue su protagonista.
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