Redacción, 10-02-2015.- Tomar sopas, caldos, cremas y purés con abundante cantidad de vegetales y hortalizas; ingerir a diario cebolla, ajo y jengibre; aumentar las raciones de fruta; y priorizar en las comidas y cenas las grasas saturadas y omega-3, son algunas de las principales claves aportadas por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) para entrar en calor.
«El frío exige a nuestro cuerpo un esfuerzo extra para mantener una temperatura constante alrededor de los 37 grados centígrados, teniendo que activar los mecanismos de la termogénesis para generar calor interno y contrarrestar el descenso de la temperatura que marca el exterior», ha explicado el portavoz de IMEO y experto en Nutrición, Rubén Bravo.
Por ello, y dado que los alimentos que se ingieren suelen consumir, en diferentes procesos digestivos, casi el 15 por ciento de la energía consumida, en época de frío el cuerpo pide «más alimentos calientes y energéticos» que ayudan a mantener la temperatura corporal constante, aumentar las defensas y combatir los resfriados.
En este sentido, el experto ha avisado de que los platos de puchero y potajes hipercalóricos «esconden» un cierto riesgo de engordar y «no siempre son la mejor opción», por lo que recomendado basar el menú de cada día en un 50 por ciento de hidratos de carbono, un 30 por ciento de grasas saludables y un 20 por ciento de proteínas sobre las calorías totales diarias.
Concretamente, desde el IMEO aconsejan tomar caldos elaborados con cebolla, ajo, jengibre, alcachofas, acelgas, espárragos, espinacas, zanahoria, lentejas, arroz, puerro, apio, calabacín, calabaza o berenjena. No obstante, rechazan potenciar el sabor del plato con patatas, pastillas colorantes, quesos o nata.