Redacción, 04-06-2014.- A medida que envejecemos, los requerimientos calóricos disminuyen, sin embargo no hay que descuidar un aporte adecuado de algunos micronutrientes. Según explica Ramos, secretario general de la SEGG, el mayor necesita menos calorías dado que su gasto energético es menor y el metabolismo basal disminuye un 10% por década.
1. Desmitificar las dietas y alimentos milagro: el objetivo es rescatar la dieta que se estaba llevando y dejar claro que no existen milagros en la alimentación.
2. Comprender la complejidad de la alimentación en los mayores: cada persona es única y aspectos como su origen geográfico condicionan su alimentación.
3. No a los cambios bruscos: cualquier cambio en la dieta de los mayores debe realizarse de forma paulatina y respetuosa ya que requieren una adaptación progresiva.
4. Conocer los condicionantes fisiológicos del envejecimiento y el comer: la vista, el olfato y el gusto disminuyen con la edad.
5. El peso de las enfermedades crónicas: trastornos como la diabetes o la hipertensión llevan asociadas terapias farmacológicas que pueden interaccionar con los alimentos.
6. Hábitos saludables: necesidad de fomentar la actividad física y eliminar hábitos tóxicos como el tabaquismo y el mal uso o abuso de los fármacos.
7. Calorías y micronutrientes: hay que fomentar un equilibrio en la dieta entre calorías, micronutrientes y los denominados elementos ‘tracer’ (los que suponen menos del 0,01% del peso corporal).
8. Aprender a elaborar la dieta: no sólo comemos para saciar el hambre, sino que hay que aprender a introducir en la dieta los alimentos que precisamos para cubrir las necesidades de nutrientes.
9. Distribución de las comidas: es importante repartir el aporte energético a lo largo del día y no hacer comidas copiosas.
10. Suplementos: detrás de cada producto dietético o vitamínico debe existir una prescripción y consejo médicos.