Redacción, 10-08-2017.- La piel de los niños requiere de especial cuidado en función de su edad. La piel de un bebé de pocos meses no tiene las mismas necesidades que la de un niño de tres años. La edad es por tanto uno de los factores a tener en cuenta a la hora de cuidar la piel de los niños en verano. “La protección solar se debe elegir en función de la edad del niño. Los menores de seis meses y hasta los tres años deben evitar la exposición directa al sol y el uso de cremas con protección solar. Es aconsejable utilizar barreras físicas, como la ropa”, explica Raúl de Lucas Laguna, jefe de sección de Dermatología Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid.
A partir de los tres años, las medidas de protección de la piel son similares a las de los adultos. Es decir, filtros físicos, como el uso de gorro y gafas solares, y una crema con protección solar alta “que sea de calidad, a ser posible adquirida en una farmacia, y que se aplique sobre la piel de manera abundante y repetidas veces durante la exposición solar, sobre todo tras los baños”, aconseja el dermatólogo.
Algunas claves para una buena protección solar de los niños.
Evitar exponer a los bebés al sol y bañarlos en el mar o la piscina. La piel de los niños menores de seis meses es demasiado sensible y puede sufrir irritaciones y quemaduras, sobre todo en las horas centrales del día, de doce a dos.
Utilizar siempre gafas de sol y gorro. Estos dos complementos para el niño no pueden faltar en la bolsa de la playa. La cabeza es una de las zonas del cuerpo más expuestas a la luz solar y el gorro previene insolaciones e incluso quemaduras del cuero cabelludo. En cuanto a las gafas, se trata de una barrera eficaz contra el sol para prevenir daños en la córnea.
Se debe aplicar la crema de forma generosa en cuanto a cantidad y ponerla de nuevo después de que el niños se haya bañado.
Es muy importante dar un baño al niño después de haber estado en la playa o la piscina. Se recomienda hacerlo con un jabón neutro o de pH ácido, a una temperatura templada y no demasiado largo. Después se debe aplicar una crema hidratante para mantener la piel sana y a salvo de irritaciones.
En situaciones de pieles especialmente sensibles, como ocurre en los casos de dermatitis atópica, uno de los problemas dermatológicos más frecuentes en niños, en necesario aplicar cuidados especiales. La piel de estos niños presentan manchas ásperas y blanquecinas necesitan un seguimiento por parte del pediatra. En estos casos, el especialista suele recomendar “un producto fotoprotector específico, que no contenga alcohol y que sea bien tolerado por la piel del niño. También es recomendable en estos casos una higiene diaria con una jabón neutro y la aplicación de una crema hidratante”.