Redacción, 29-05-2015.- «Al menos dos veces a la semana tengo que explicarle a un paciente que no me queda ningún arma más para combatir su cáncer. Se acabó lo que se daba y, en la mayoría de los casos, el final está próximo». Así de drástico es el comienzo de Hábitos prodigiosos para vivir más y mejor (Ariel), el último libro del prestigioso oncólogo David B. Agus, por cuyas manos han pasado personalidades de la talla de Steve Jobs, o los controvertidos Lance Armstrong y Ted Kennedy, entre otros, y que recoge ABC.
P: Doctor Agus, usted habla de vivir más y mejor pero… ¿Qué tal anda usted de salud? ¿Qué puntuación se pondría?
R: Lo hago lo mejor que puedo, teniendo en cuenta las 65 reglas de las que hablo en el libro… pero está claro que no siempre tengo éxito. El mensaje real es «moderación, tanta como se pueda». ¡No pasa nada por hacer trampas de vez en cuando! Lo más difícil para mi, personalmente, es hacer un horario regular, ya que dos veces a la semana me tengo que levantar a las 2:30 de la mañana para grabar el programa de la CBS Morning Show, que se realiza en Nueva York.
P: ¿Podría describir cómo es un día a día suyo? ¿Cuáles son sus hábitos? ¿Que no dejaría de hacer por nada del mundo?
R: Me levanto muy temprano, hago ejercicio y trabajo un poco antes de desayunar con mi mujer y mis dos hijos. Voy a trabajar, al laboratorio o a la clínica, dependiendo del día, y como ahí. Tengo un despacho, pero trato de que una o dos de las reuniones que tengo al día tengan lugar mientras caminamos. Los llamamos «walking meetings». Hacia las 18:30 llego a casa para cenar con mi familia. ¡ya sé que es muy pronto para España! Normalmente después de cenar doy un paseo con nuestro perro. Y si es posible, intento que se unan mi mujer y mis hijos. Trato de estar en la cama hacia las 21:30.
P: ¿Podría decirme otro mal hábito de salud en el que usted nunca caería?
R: Intento no comer mucha comida procesada. La clave es hacer una dieta de alimentos frescos o congelados. La moderación y la hora a la que se coma también es importante, independientemente de la dieta. Es crucial comer siempre a la misma hora, todos los días. Y nada de picoteo entre comidas. Los mejores estudios en dietas también han dejado claro que la dieta meditérránea, con grasas buenas, es la más sana de todas.
P: El estrés está considerado como el enemigo malo y silencioso en el mundo occidental. ¿Cuál es su mejor consejo para luchar contra él?
R: Hay muchos tipos de estrés, el financiero, el marital, el del trabajo, el que te supone la familia… y muchos de ellos están la mayoría de las veces fuera de nuestro control. Pero lo que mayor estrés supone para nuestro cuerpo es controlable para muchos, y es tener un horario regular. Admitámoslo, este punto es bastante duro de seguir, pero sé de primera mano lo valioso que es mantener un horario predecible a lo largo del tiempo. Me voy a la cama y me despierto siempre a la misma hora y sí, lo ha adivinado, esto incluye los fines de semana. Como siempre más o menos a la misma hora, tomo las medicinas cuando me las prescriben, y organizo mi trabajo más o menos siempre de la misma forma.
P: ¿Por qué es tan importante mantener los mismos horarios siempre?
R: Porque tu cuerpo ama la predictibilidad. Es una de las mejores maneras de reducir el estrés y mantener un buen estado en general. Cuando mantienes una rutina consistente cada día, en la que escuchas los ritmos naturales de tu cuerpo, notas la diferencia porque tienes más energía y te sientes mejor. La pérdida de peso es más fácil, también.
P: ¿Tienen algo que ver la espiritualidad y los valores con una buena salud?
R: Las personas que tienen algún tipo de creencia, independientemente de la que sea, están más sanos. No estoy seguro de en qué consiste desde una perspectiva científica, pero lo datos están ahí. Yo, en particular, soy un firme convencido de que tanto la esperanza como el optimismo son dos fuerzas muy poderosas en nuestras vidas. Como con tantas cosas, como pensamos determina lo que experimentamos, para bien o para mal. Y esto no puede ser más determinante para nuestra salud. Si tenemos o no tenemos fe en nuestra salud tiene que todo que ver con que tengamos un cuerpo sano o no. Si creemos que podemos estar más sanos, adivine qué: lo estaremos.