Redacción, 24-10-2014.- Ha sido una de las caras más visibles la crisis del ébola. Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, es el epidemiólogo en el que ha confiado el Gobierno para responder al primer contagio de ébola en un país occidental, el de la auxiliar de Enfermería Teresa Romero. A continuación, recogemos una entrevista en el diario El País realizada por N. Ramírez de Castro.
P: ¿Un contagio como el de Teresa Romero era el peor escenario posible?
R: Cuando se trabaja en epidemiología establecemos planes de respuesta para todos los escenarios posibles. Un contagio secundario era lo que menos nos esperábamos, lo menos probable y fue un auténtico jarro de agua fría. Si se hubieran producido otras situaciones similares poco probables hubiera implicado que conocíamos menos de lo que pensábamos la enfermedad. Afortunadamente, lo que ha ocurrido nos ha reafirmado que la mayor parte de lo que hacemos lo hacemos bien.
P: Con solo dos infectados en España ¿qué probabilidades había de que un sanitario se infectara?
R: Es difícil de estimar. La enfermedad se trata de forma muy diferente en África. Allí los medios son peores, pero en Europa las maniobras que se realizan sobre los pacientes son de mayor riesgo para el personal sanitario. Tenemos nuestra propia experiencia: con el misionero Miguel Pajares, el primer repatriado, trabajaron 60 sanitarios;unas 63, con el segundo y hasta la fecha hay más de un centenar cuidando a la auxiliar de enfermería. De todos ellos, solo ha habido un caso secundario. Es decir, más de 200 personas han estado en riesgo y solo uno se ha infectado.
P: ¿Cabe esperar todavía que alguna de las 15 personas que permanecen aisladas den positivo?
R: La certeza la tendremos cuando termine el periodo de seguimiento. Sí es verdad que el periodo de incubación, el tiempo que se tarda desde que una persona se infecta hasta que se inician los síntomas, no se distribuye igual a lo largo de los 21 días. Si una persona se infecta es mucho más probable que desarrolle los síntomas durante los primeros diez-doce días, después es muy difícil.
P: ¿El contagio de la auxiliar ha sido pura mala suerte?
R: Yo hablaría de un accidente, no de mala suerte. Y esto lo digo con mucho cuidado porque hay muchas cosas que pueden hacer más fácil que los accidentes se produzcan. Ahora el objetivo no es solo saber que ha sido un accidente, sino ver cómo podemos evitar en el futuro que vuelva a suceder. Creo que hemos vivido una situación nueva y hemos ido mejorando la respuesta. Teníamos protocolos de muy alto nivel y los hemos mejorado, pero no podemos garantizar que un accidente de este tipo se vuelva a repetir, aunque será mucho más difícil. No solo por las medidas que pongamos, sino por la concienciación de los profesionales.
P: El protocolo se ha reforzado, pero ¿era necesario o se ha hecho para lanzar un mensaje de tranquilidad?
R: Había aspectos mejorables y se reforzaron, pero en realidad el primer protocolo incluía todos los elementos que debía incluir. Algunos se podían poner de forma más explícita y se ha hecho. Por ejemplo, en el nuevo se exige un control más activo y directo de las personas que han entrado en contacto con un infectado. Si era necesario o no, no lo sé, pero a los servicios de salud pública nos deja más tranquilos, porque sabemos que va a haber una respuesta más rápida ante cualquier fiebre.
P: El expresidente de Extremadura, Fernández Vara, pidió durante la crisis que las comunidades devolvieran las competencias en salud pública. ¿Coincide con él?
R: Es un tema político en el que no debo entrar, pero como experto sí puedo decir que cualquier acción de salud pública debe realizarse sobre la población o persona de riesgo en el sitio que se produce. Esta es la respuesta fundamental, la que se hace a nivel local, aunque luego deban hacerse muchas medidas a nivel regional, nacional o internacional. Lo fundamental es que exista una coordinación excelente entre los diferentes niveles de respuesta.
P: ¿Y esa coordinación de excelencia se ha cumplido en esta crisis?
R: Sí, desde el primer momento hemos trabajado muy coordinados con las comunidades autónomas y estas a su vez con los hospitales. Se ha trabajado mucho pero puede que hayamos infradimensionado la percepción social que iba tener con la epidemia de ébola. En algunos casos hemos implementado medidas sobredimensionadas, pese a que no había una evidencia científica suficiente para tomarlas. Se ha hecho por exceso de precaución y por calmar.