Redacción, 20-08-2014.- Los fumadores de tabaco de liar presentan concentraciones más altas de monóxido de carbono en su aire espirado que los fumadores de tabaco manufacturado a pesar de que estos últimos consumen un número más alto de cigarrillos diarios (18,5 frente a 27,9), según Carlos Jiménez Ruiz, director del Programa de Investigación en Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Pese a que la investigación, publicada en la revista ‘Prevención del Tabaquismo’, revela que un 30% de los fumadores de tabaco de liar confiesan que cambiaron al consumo de este tipo de tabaco pensando que era más saludable, «con el tabaco de liar se quema más papel en cada calada, lo que hace que aumente la concentración de monóxido de carbono».
En cuanto al perfil del consumidor de este tipo de tabaco, se asocia con hombres generalmente jóvenes, con menores recursos económicos, con un menor nivel educacional, que viven en el medio rural y que cambiaron al tabaco de liar pensando que era más saludable. Jiménez señala que «este tipo de fumadores tienen una mayor dependencia por la nicotina y presentan una menor motivación para abandonar el hábito que los fumadores de cigarrillos convencionales. Además, poseen un grado más alto de auto-eficacia, lo que dificulta aún más el intento de abandono».