Redacción, 21-09-2016.- El uso de suplementos vitamínicos está muy extendido entre la población general, sin embargo, en determinadas circunstancias puede estar contraindicado y en muchas otras no es siquiera necesario. Los especialistas defienden que una dieta equilibrada basta para aportarnos todas las vitaminas que necesitamos y, en caso de déficit, siempre podemos potenciar el consumo de determinados alimentos, aunque hay excepciones.
La debilidad del pelo, las uñas, el sangrado de encías o el cansancio son otros motivos habituales que nos llevan a buscar en los suplementos las vitaminas que pensamos no obtenemos a través de la alimentación. Sin embargo, estos pueden ser síntomas de ciertas enfermedades que, antes de recurrir a los suplementos, deberíamos descartar. Por eso, advierte la Dra. Inmaculada Bautista, médico nutricionista de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad de HM Sanchinarro, se recomienda consultar siempre con el especialista.
Además, en determinados casos, está contraindicado tomar ciertas vitaminas. Por ejemplo, hierro en la hemocromatosis o potasio en la insuficiencia renal.
Cuándo recurrir a ellas
En circunstancias normales, una dieta equilibrada como la mediterránea basta para aportarnos todas las vitaminas que necesitamos. En algunos casos, y siempre que así lo considere el médico, puede estar justificado un aporte extra a través de los suplementos, como por ejemplo, los períodos de crecimiento muy rápido, como la niñez y la adolescencia, el embarazo, la menopausia, por realizar dietas inadecuadas y deficitarias, por ejemplo, por rechazos alimentarios que llevan a eliminar de la dieta alimentos como frutas o verduras o bien por alergias o intolerancias alimentarias.