Redacción, 14-08-2014.- Una inadecuada higiene bucodental, los cambios en los hábitos de alimentación y el incremento de temperaturas durante el verano pueden favorecer la proliferación de bacterias, según miembros del Consejo General de Dentistas de España.
Estas bacterias contribuyen a que se pueda producir un aumento de patologías como la caries o la gingivitis «que pueden llegar a causar en el paciente halitosis, sangrado de encías o hipersensibilidad dental», advierten.
Por este motivo es importante para los expertos cepillarse los dientes tres veces al día durante al menos tres minutos inmediatamente después de cada comida principal, utilizar dentífrico con flúor y una correcta técnica consistente en mover el cepillo desde la encía hasta el borde del diente, limpiando tanto su cara exterior como interior así como los espacios interdentales, lengua, encías y carrillos.
«No hay que olvidar que el hilo o seda dental es un aliado muy importante para prevenir la caries interdental por lo que debe utilizarse una vez al día y preferiblemente por la noche», explican. Además, podría usarse de forma complementaria un colutorio adecuado. Sin embargo, durante el verano no siempre puede limpiarse la boca después de comer. En estos casos se recomienda realizar la limpieza «justo antes de la comida».