Redacción, 03-04-2017.- La urticaria afecta a uno de cada cinco niños en algún momento de su vida y llega a suponer hasta un 2% de las visitas a urgencias pediátricas, según datos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). Con motivo de la Semana Mundial de la Alergia y que este año se dedica a esta patología, la SEICAP destaca la importancia de que sea el pediatra alergólogo el que la trate. Este especialista “es el que mejor puede determinar un diagnóstico correcto, prescribir los tratamientos más adecuados a cada caso y enseñar al menor y a sus padres a manejar la enfermedad”, asegura la doctora Mercedes Escarrer, coordinadora del Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la SEICAP. Bajo el lema de la Semana Mundial, La agonía de la urticaria, ¿qué hacer cuando los habones y la hinchazón no desaparecen?, este grupo de trabajo ha elaborado un Decálogo de Consejos para el Tratamiento de la Urticaria en Niños.
Según un análisis realizado en cuatro hospitales españoles por el Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la SEICAP, la urticaria puede suponer hasta un 2% de las visitas a los servicios de urgencias pediátricos, y son más acentuadas en los meses de agosto y septiembre. “Es un problema muy común en las consultas y en las urgencias pediátricas que requiere ser atendido por un pediatra alergólogo que es el que mejor sabrá identificar la causa y podrá indicar el tratamiento más adecuado”, afirma la doctora Escarrer.
Infecciones, causa más frecuente
La infección suele ser la causa más frecuente en la urticaria aguda durante la edad pediátrica. “Las más comunes son las debidas a virus de las vías respiratorias altas y del tracto gastrointestinal y en el 80% de los casos su duración es menor de cuatro días”, indica la doctora Escarrer. Además, tanto la urticaria aguda como la crónica pueden venir desencadenadas por el calor o el frío, insectos o parásitos, presión sobre la piel o la luz del sol.
El tratamiento de primera línea en niños son los antihistamínicos. Además, “es conveniente una buena educación del menor y de sus padres enfocada a la eliminación de los agentes desencadenantes y agravantes”, explica la doctora Escarrer.