Redacción, 03-03-2014.- Gustavo Camañas, Director Médico de Vitaldent, ofrece a los padres sencillos consejos para inculcar a sus hijos el hábito de lavarse los dientes todos los días y así evitar posibles problemas bucodentales en el futuro.
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RECOMENDACIONES
1. Limpieza oral desde el primer día. La higiene de la boca no se debe limitar a cuando hay dientes. Los padres deben limpiar diariamente las encías del bebé con una gasa húmeda en agua tibia para evitar bacterias.
2. Los dientes de leche también hay que cuidarlos. Los dientes de leche hay que cuidarlos de la misma forma que los permanentes, ya que cumplen funciones tan importantes como la de masticar o hablar. Si el niño presenta caries en un diente temporal, el riesgo de que el diente permanente resulte infectado es mucho mayor.
3. Los padres deben supervisar el cepillado de sus hijos. En cuanto salen los primeros dientes hay que empezar a limpiarlos con un cepillo con cabezal pequeño de cerdas suaves y preferiblemente sin pasta dental para evitar que los niños la ingieran. A partir de los tres años, el niño puede participar en el cepillado, pero siembre bajo la supervisión de un adulto para asegurar que lo hace correctamente.
4. Enseñarles a cepillarse los dientes. Para que los más pequeños aprendan a cepillarse correctamente, sin dejarse ninguna pieza y sin riesgo de erosionar su esmalte, es recomendable establecer un orden metódico para que lo recuerden fácilmente: cepillar de arriba abajo y de abajo arriba incluso las encías para evitar la acumulación de sarro entre la encía y el diente, cepillar las muelas y la cara interna de los dientes, utilizar seda dental para retirar los restos que se quedan entre los dientes y finalmente limpiar la lengua.
5. Explorar periódicamente la boca. Los padres deben revisar la boca de sus hijos para detectar la presencia de sarro, flemones o posibles caries. Esta exploración también servirá para evaluar la erupción dentaria primaria y observar si hay algún defecto en el esmalte, ya que un color extraño de la pieza dental puede indicar alguna dolencia.
6. Ser un buen ejemplo. Los niños suelen imitar el comportamiento de los mayores. Hay que compartir el momento del cepillado de los dientes con los hijos al menos dos veces al día, especialmente por la noche antes de dormir. El cepillado nocturno es el más importante, ya que mientras dormimos la salivación disminuye y los dientes están menos protegidos frente a las bacterias que producen las caries.
7. Diversión. Se aconseja convertir el cepillado en algo “divertido”, acompañándolo con pequeños juegos para crear una rutina amena en los más pequeños.
8. Limitar el consumo de dulces. No hay que eliminar los dulces de la dieta del niño, pero sí controlar y limitar su consumo, ya que aumenta el riesgo de sufrir caries.
9. Reemplazar su cepillo de dientes. El cepillo de dientes del niño debe adecuarse a la edad del menor. Los padres también deben encargarse de cambiarlo cada tres meses, que es lo recomendado por los profesionales.
10. Visitar al dentista periódicamente. Lo idóneo es que el niño acuda al dentista cuando haya cumplido los dos años y medio o tres o si ya tiene todos los dientes temporales. En ese momento el dentista podrá realizarle una primera exploración del estado de su boca y valorar si la dieta que lleva es correcta, así como la higiene dental. Lo más importante es que el niño acuda sin ninguna patología para que éste no asocie al odontólogo con dolor o miedo. A partir de los 7 u 8 años, los niños ya pueden hacerse una primera limpieza dental. Además, las visitas tempranas al odontólogo nos ayudarán a diagnosticar problemas como una mal posición dental o la mordida cruzada que en la edad infantil se pueden solucionar fácilmente gracias a la ortodoncia, mejorando así la sonrisa y la salud del niño, la masticación e, incluso, la fonación.
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