La Vanguardia, 26-04-2016.- Un estudio de SEPAR afirma que las enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, están asociadas con una mayor prevalencia de sintomatología depresiva y de ansiedad.
La investigación de SEPAR ha analizado la influencia de la sintomatología ansiosa y depresiva en la calidad de vida de personas asmáticas, en diferentes grupos de edad, tal y como publica el periódico La Vanguardia.
«La cronicidad del asma tiene fuerte impacto en las actividades diarias de los pacientes. Al ser una enfermedad crónica, en la gran mayoría de los casos, comporta un empeoramiento de la calidad de vida, especialmente en los adultos mayores», explica el nUemólogo de SEPAR el doctor Francisco Javier González Barcala, neumólogo de la SEPAR y autor del estudio Influencia de la ansiedad y la depresión en la calidad de vida relacionada con el asma en diferentes grupos de edad.
Peor calidad de vida
Este estudio, que se presentará en el 49º Congreso Nacional SEPAR, que se celebrará próximamente en Granada, ha encontrado diferencias significativas entre los grupos de edad en relación a la calidad de vida vinculada con el asma. Según el índice de medición Mini Asthma Quality of Life Questionnaire, de la muestra de pacientes englobados en el estudio, el grupo de mayor edad presentaba peor calidad de vida.
Además las conclusiones revelan diferencias importantes en las subescalas de ansiedad y depresión, con puntuaciones más altas en ansiedad en el grupo de mediana edad y en depresión en el de mayores, en comparación al grupo de jóvenes.
Pese a estos avances «se necesita más investigación para determinar el factor principal que tiene un impacto negativo en la salud mental del paciente, aún así esta investigación es el punto de partida ideal para iniciar estrategias que mejoren el control del asma y la calidad de vida de nuestros pacientes», concluye González Barcala.