Redacción, 24-02-2014.- Un informe sobre la Industria Farmacéutica realizado por el Profesor Juan E. Iranzo, Decano-Presidente del Colegio de Economistas de Madrid y miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad, en colaboración con Novartis, apunta las bases para que este sector sanitario sirva de apoyo a las inversiones en I+D y al aporte en el PIB. «Las dificultades de la industria farmacéutica en España» se titula.
Según informa Pilar Pérez en las páginas del suplemento ‘A Tu Salud’ de La Razón, calificado como uno de los sectores de «alta tecnología», la industria farmacéutica carga a sus espaldas con fuertes inversiones en I+D (hasta un millón de euros por medicamento), que requieren puestos de trabajo de alta cualificación y un largo periodo de maduración (hasta 12 años). Así se describe en este sector en el informe.
Durante la presentación del trabajo Iranzo subrayó que «estamos ante un sector estratégico para España, uno de los que más contribuye al bienestar social. No sólo gracias a que los medicamentos mejoran la vida de las personas, sino porque ayuda a la productividad laboral general, disminuyendo las bajas, por ejemplo. Además, genera un elevado volumen de mano de obra cualificada». Pese a ello, el marco de la crisis ha hecho mella en este área y desde 2011 se ha reducido un cinco por ciento.
Esto ocurre tras un asombroso aumento de la producción en 275 por ciento desde 1999 hasta 2011. Este periodo también se incrementó el saldo de la balanza comercial hasta n 1.092,2 por ciento, un aumento de la inversión en I+D del 257 por ciento y una subida del 32,5 por ciento.
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MEDIDAS CLAVE
Para dar continuidad a todas estas cifras positivas, expone La Razón, Iranzo reclamó «un marco regulatorio seguro, no expuesto a continuos cambios y alteraciones que merman las posibilidades de los laboratorios. Existe una clara necesidad de una Ley de Unidad de Mercado, no sólo en este sector sino en todos. Porque no se puede acudir a un mercado fragmentado -diferencia entre comunidades autónomas en cuanto a preciso y acceso a los medicamentos- y esperar que todo salga bien».
Entre las principales trabas que encuentra la industria del medicamento se halla el retraso de la introducción de medicamentos innovadores, lo que impide la generación de empleo gracias al reembolso que suponen poner una molécula en la calle tras años y cientos de euros invertidos. «También hay que hacer alusión al tema de las patentes. No sólo beneficia al país que la acredita, sino a la industria que luego la comercializa. Como ocurre en España que los laboratorios importan a otro mercado la producción de las patentes», apunta Iranzo.
Así, en nuestro país se «sirve» el 41,1 por ciento de la producción a estados vecinos de la UE, como Alemania, Italia y Suiza, «lo que pone de manifiesto el ato valor estratégico de este área en el empuje de la economía española», incide el autor el trabajo. Otro 10 por ciento de la producción se envió en 2012 a América del norte y un cuatro por ciento a Japón. Hasta un 1,3 por ciento del PIB es aportado por la industria.
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CAPILARIDAD
Si bien como industria el sector está claramente situado, la oficina de farmacia goza también de grandes aportacioens a la sociedad. «Una de ellas es la capilaridad. Antes sólo los bancos y las boticas gozaban de buena prensa entre la población. El primero está claro que ya no disfruta de estas prebendas, por todo lo que le ha rodeado en este marco de crisis económica y, además, porque están recortando el número de sucursales», expone Iranzo.
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