Redacción, 10-03-2014.- A partir de la menopausia en las mujeres y de los 65 años en los hombres aumenta el riesgo de osteoporosis y con ello de la fragilidad de los huesos y la necesidad de extremar los cuidados del aparato locomotor. Un estilo de vida saludable es la principal llave para que el avance de los años no haga mella en el principal aliado de la salud de los mayores: su movilidad.
Según explica Eduardo Úcar, Presidente de honor de la Sociedad Española de Reumatología y reumatólogo en el Hospital de Basurto (Bilbao), realizar paseos al aire libre, incluir los lácteos en la dieta y evitar excesos en tabaco, alcohol y café, son actuaciones que ayudarán a mantener la salud de los huesos a pesar del avance de los años.
Además de la menopausia o el envejecimiento propio de la edad, existen otras circunstancias que también conllevan un aumento de riesgo para la salud ósea, es el caso de los reposos prolongados en cama o la toma de determinados medicamentos, añade Úcar. La artrosis es, junto a la osteoporosis, otra de las enfermedades más presentes en la población que afecta a la salud de los huesos, indica el especialista.
En cuanto a cómo es la salud ósea de los españoles, Úcar señala que tenemos la ventaja con respecto a los países nórdicos de unas condiciones solares que favorecen la producción del organismo de la vitamina D, esencial para el mantenimiento óseo. Además, el médico también apunta que a diferencia de otros países europeos y de Estados Unidos en los que el coche es sinónimo de desplazamiento, el español aún continúa caminando en sus desplazamientos por la ciudad.
En lo que se refiere a la salud ósea de la mujer, Úcar apunta a la necesidad de evaluar cada caso en concreto antes de pasar a los suplementos. «Hay que considerar aspectos como la existencia de fracturas, los antecedentes de éstas en la familia, cuándo se produjo la menopausia o si se toman determinados fármacos para evaluar los posibles riesgos», explica el especialista.
Según los casos, el experto señala que una radiografía complementaria podría ser suficiente para evaluar la salud óseay unos sencillos cambios en el estilo de vida podrían no hacer necesario el uso de suplementos de calcio y vitamina D, los principales elementos que intervienen en la salud ósea.
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CONSEJOS PARA UNOS HUESOS SANOS
1. Desterrar el mito de que la leche y sus derivados son perjudiciales: el consumo de leche y sus derivados es especialmente importante durante la infancia y la adolescencia cuando los huesos aún están creciendo pero también a lo largo de toda la vida para mantener su salud a través de un adecuado aporte de calcio.
2. Luz solar y calcio de origen natural: el consumo de leche debe ser como mínimo de dos vasos al día y se recomienda además añadir alguna otra ración de lácteos a través de yogures, queso o cuajada. Si a ello se añade la ingesta habitual de frutos secos, pescados como el boquerón o la sardina, legumbres como garbanzos y lentejas y verduras como la acelga, los requisitos recomendados de calcio y vitamina D se cubren con la dieta. Si se añade a estos hábitos de alimentación un paseo diario durante las horas de luz que ayude a sintetizar la vitamina D se da la combinación perfecta para conseguir unos huesos sanos.
2. Cuando no es posible tomar lácteos: además de los suplementos, si no se puede tomar leche, el consumo de legumbres, frutos secos, verduras, pescado azul o mariscos como los langostinos pueden cubrir nuestras necesidades de calcio.
3. Establecer una relación médico-paciente más cercana: es importante consultar con el médico todas las dudas o resultados del tratamiento y afianzar este vínculo para conseguir sacar el mejor partido de los consejos del facultativo.
4. No acudir a remedios homeopáticos, curanderos o remedios caseros con hierbas: «lo único que se consigue es perder tiempo y dinero» afirma Úcar.
5. Ejercicio aeróbico y estiramientos: cualquier tipo de ejercicio será bienvenido para la salud locomotora, si es posible se aconseja nadar o ir en bicicleta y Úcar recomienda los ejercicios de estiramiento para fortalecer los músculos y con ello proteger los huesos. Caminar y hacer ejercicios de movilización de las articulaciones son también muy recomendables y fáciles de llevar a cabo, señala el especialista.
6. Siempre que exista dolor o molestia aguda o persistente acudir al médico de cabecera: aunque sean dolores antiguos o ya conocidos, si éstos no mejoran o se presentan otros nuevos lo mejor es acudir al médico, igualmente es necesario buscar consejo médico si existe inflamación en alguna de las articulaciones.
7. Seguir el tratamiento: es clave seguir los tratamientos prescritos por el médico y si se detienen o no se pueden tomar por algún motivo hay que comunicárselo al facultativo.
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