Una vez la madre da a luz y expulsa la placenta, el organismo comienza a recuperar su estado fisiológico no gestante. Este periodo suele durar entre 6 y 8 semanas.
En la actualidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), fallecen más de 1500 mujeres al día producto de complicaciones del parto y del embarazo. Ante la aparición de síntomas anormales en el posparto se debe realizar un abordaje inmediato para evitar complicaciones graves.
Síntomas anormales que te alertan problemas en el posparto
En el puerperio es común que la madre experimente cansancio, fatiga y algunas molestias en la parte baja del abdomen. No obstante, existen síntomas que no son propios de la recuperación posparto y que deben ser vigilados en detalle.
1. Sangrado vaginal abundante
La salida de sangre por la vagina en pequeñas cantidades es normal en las primeras horas del puerperio. Esto es resultado de la expulsión de los loquios o restos placentarios. Los mismos comienzan a disminuir luego en cantidad, tornándose de color marrón y amarillo pálido para desaparecer a los 14 días.
Por otro lado, la expulsión de abundante sangre roja rutilante, acompañada o no de coágulos y que perdura en el tiempo, es un signo de alarma que requiere abordaje médico inmediato. Por lo general, la madre suele experimentar otros síntomas asociados a la pérdida sanguínea, como palidez de piel y mucosas, sequedad bucal, mareos y debilidad.
2. Fiebre
En el primer y segundo día del puerperio suele presentarse una pequeña elevación de la temperatura corporal como resultado del procedimiento obstétrico.
Sin embargo, la presencia de una temperatura superior a 38 grados centígrados que perdure más allá de este periodo de tiempo suele ser uno de los principales síntomas anormales del posparto. En la mayoría de los casos, la fiebre se relaciona con la entrada de agentes patógenos e infecciosos al cuerpo de la madre.
3. Dolor en el abdomen
Durante el posparto, algunas madres pueden experimentar dolor en el abdomen, similar a las contracciones uterinas, pero de menor intensidad, siendo más frecuente en las pacientes que han tenido embarazos previos. No obstante, la presencia de dolor intenso que paraliza a la madre debe ser considerado un signo de alarma.
Este síntoma anormal suele ser indicativo de que algo no va bien. En la mayoría de las madres el dolor abdominal intenso, punzante o tipo cólico, que no disminuye con medicamentos, se asocia con pérdida de sangre e infecciones del aparato digestivo o genitourinario.
4. Depresión
Luego del parto, algunas madres experimentan cambios en el estado de ánimo que van desde la melancolía y la tristeza hasta la irritabilidad y la ansiedad. No obstante, estas variaciones emocionales suelen ser temporales, asociándose a cambios hormonales y a factores ambientales.