Redacción, 01-01-2021.- Atragantamientos, electrocuciones, quemaduras o intoxicaciones son riesgos típicos de la Navidad para los niños y, este año, la Covid-19 trae un nuevo peligro para la seguridad de nuestros hijos en el hogar, las ventanas abiertas.
Según la Asociación Española de Pediatría, los accidentes domésticos son la primera causa de mortalidad infantil en los países desarrollados.
Tal y como recoge El País, identificar las fuentes de accidentalidad de los niños en casa durante la Navidad puede ahorrar sustos y disgustos. Sylvia Belda, pediatra de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital 12 de Octubre de Madrid e Iván Carabaño, pediatra y profesor asociado de pediatría de la Universidad Complutense de Madrid, enumeran los accidentes navideños habituales con los niños en casa y cómo actuar cuando se producen, entre ellos:
Cuidado con las ventanas abiertas.
El riesgo de que los niños caigan por la ventana aumenta este año debido a la necesidad de ventilar los hogares para minimizar el riesgo de contagios por la covid-19. Para prevenir accidentes en este sentido, conviene colocar dispositivos o barreras de seguridad con el fin de impedir que los niños puedan caer por la ventana.
Cuidado con la ingesta de los geles hidroalcohólicos.
Este producto puede resultar un reclamo para ingerirlo, sobre todo tienen envases llamativos; con colores y aromas agradables, por lo que conviene mantenerlo fuera del alcance de los niños.
La decoración navideña fuente de accidentes para los niños.
Los adornos navideños son un poderoso reclamo para la curiosidad infantil por sus llamativos colores y formas que pueden recordar a algo comestible. Existe un alto riesgo de que los niños introduzcan en la boca estos objetos decorativos con el consiguiente riesgo de atragantamiento e intoxicación. Por ello, conviene supervisar y vigilar el acceso de los pequeños a estos adornos.
Cuidado con los riesgos de quemaduras y cortes en la cocina.
Este espacio conlleva peligros para los niños, sobre todo entre los dos y los cuatro años de edad. Conviene que los niños eviten entrar en la cocina mientras se preparan cenas y comidas navideñas, así como tener siempre los productos de limpieza fuera de su alcance.
Riesgo de asfixia y atragantamiento.
Los adornos navideños y los alimentos, como las peladillas, las uvas o el turrón implican alto riesgo para los niños de atragantarse. Si van a tomar las uvas en Nochevieja, conviene dejar que las coman sin prisa; pelarlas, cortarlas en trocitos y quitar las semillas que contienen.
Peligro de intoxicaciones y alergias.
En general, conviene supervisar que las bebidas alcohólicas no estén al alcance de los niños, con precauciones como retirar vasos y copas usados que puedan tener restos de estas bebidas.
Las quemaduras y las electrocuciones son habituales con los niños en Navidad.
Los adornos lumínicos y las velas son habituales en estas fechas y conviene emplear luces que cumplan los requisitos de seguridad, sustituir las velas por luces LED, así como evitar dejar al alcance de los niños cables o enchufes y limitar el acceso de los pequeños a chimeneas o estufas con barreras.