Redacción, 29-05-2015.- El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tiene un apetito voraz por lo dulce, lo que resulta ser su ‘talón de Aquiles’, según informa un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad Northwestern y la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos. Después de que el virus invade una célula inmune activada, tiene ansia por su azúcar y nutrientes para replicarse y alimentar su crecimiento salvaje en todo el cuerpo.
Los científicos descubrieron el interruptor que enciende la abundante fuente de azúcar y nutrientes de las células inmunes y después lo bloquearon con un compuesto experimental, cerrando ese canal, y, de ese modo, dejaron al VIH hambriento hasta la muerte. El virus fue incapaz de replicarse en células humanas in vitro.
El descubrimiento, que se detalla en un artículo que se publica este jueves en ‘Plos Pathogens’, puede tener aplicaciones en el tratamiento del cáncer, que también tiene un inmenso apetito de azúcar y otros nutrientes celulares, que necesita para crecer y extenderse.