Redacción, 17-08-2020.- Existe una gran variedad de alergias alimentarias, pero sin duda la alergia al huevo es una de las más extendidas entre la población.
Tal y como recoge Quirónsalud, el huevo es uno de los alimentos más frecuentes en la cocina y se incluye en recetas tan simples como una tortilla hasta salsas, postres u otros.
La alergia se produce a causa de una alteración inmunológica cuando se ingiere huevo o productos que contengan este alimento.
Este tipo de reacciones suelen ser muy rápidas, en ocasiones inmediatas, y afectan sobretodo a los niños. Los principales síntomas son la inflamación de la piel o urticaria, se trata de la reacción más común, náuseas, vómitos, congestión nasal y dificultades respiratorias entre otros.
Desde el servicio de Alergología del Hospital Universitari Sagrat Cor, se recomienda evitar el consumo de este alimento con la finalidad de evitar los síntomas.
A la hora de realizar la compra hay que tener en cuenta que las proteínas del huevo pueden ser etiquetadas como: Lecitina (a no ser que sea de soja), Lisocima (quesos), Albúmina, E-161b: luteína (pigmento amarillo), Coagulante, Emulsificante, Globulina, Livetina, Ovoalbúmina, Ovomucina, Ovomucoide, Ovovitelina o Vitelina.
Es importante saber qué productos suelen contener proteínas de huevo. Algunos de ellos son:
- Salsas (mayonesa, salsa tártara) y gelatinas.
- Merengue.
- Sopas y consomés (la clara se utiliza como clarificante).
- Rebozados y empanados.
- Helados, batidos, turrones, flanes, cremas, caramelos y golosinas.
- Dulces, hojaldre y empanadas.
- Cobertura brillante de productos de pastelería y repostería: bizcocho, magdalenas, galletas y pasteles.
- Algunos cereales usados para desayuno.
- Pasta al huevo y rebozados.
- Sucedáneos de huevo.
- Fiambres, embutidos, salchichas y patés.
- Algunos cafés con crema (capuccino).
- Determinados vinos.
Tener alergia al huevo no supone llevar una dieta desequilibrada o no poder consumir ciertos platos. El huevo puede ser sustituido por otros ingredientes como el plátano, el yogur vegetal, el puré de manzana, semillas de chía o lino.