Redacción, 23-07-2014.- La llegada del verano y las altas temperatura generan las condiciones ambientales que favorecen la proliferación de la bacteria de la Legionella, que entraña un riesgo para las personas y causa problemas de infecciones cuando existe una elevada concentración de la misma. Durante estas fechas, junto a los sistemas de refrigeración y de aire acondicionado, se activan los equipos que nebulizan agua en ambientes exteriores destinados al confort térmico (bares, terrazas, parques) y a la humidificación de los alimentos durante el almacenaje o exposición (fruterías, pescaderías, almacenes vinculados a la industria alimentaria), todos ellos instalaciones de riesgo de dispersión de Legionella, tal como recoge el RD 865/2003.
Con el fin de evitar posibles brotes y contagios, la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) insiste en el cumplimiento escrupuloso de la legislación por parte de propietarios y usuarios y reclama un incremento de medidas preventivas y de los programas de mantenimiento durante estos meses, “en los que son más necesarias que nunca las revisiones periódicas, preventivas y correctoras encaminadas a garantizar la seguridad, la salubridad y la higiene de las instalaciones con riesgo de dispersión de Legionella”, afirma la directora general de ANECPLA. Asimismo, ANECPLA reclama un mayor control en las inspecciones por parte de la Administración en las instalaciones de riesgo y el endurecimiento de las sanciones para evitar posibles brotes.
Por su parte, las medidas preventivas van encaminadas a evitar las condiciones que favorecen la colonización, multiplicación y dispersión, como son las temperaturas adecuadas para su crecimiento, el estancamiento del agua y la acumulación de substratos.