Redacción, 10-02-2021.- Licenciado en Medicina en la Universidad de Valencia y especializado en Medicina Reproductiva en Estados Unidos y Alemania, el Prof. Antonio Pellicer está considerado uno de los principales expertos en tratamientos de fertilidad del mundo.
Más de 200.000 niños han nacido en las clínicas de IVI, la compañía que fundó junto al Prof. José Remohí en 1990 y que hoy cuenta con más de 65 clínicas en 9 países de todo el mundo. El profesor Pellicer continúa inmerso en el día a día de IVI, que apuesta por la investigación y la innovación para que cada día más mujeres cumplan su sueño de ser madres.
A continuación se recoge una entrevista realizada por La Razón.
Pregunta- ¿Cómo ha afectado la COVID a los tratamientos y a las clínicas de RA?
Respuesta- Si nos remontamos a marzo de 2020, cuando se estableció el confinamiento en Europa, nuestras clínicas de Portugal, España e Italia fueron obligadas a cerrar sus puertas. Esto no ocurrió en nuestros centros en USA, que mantuvieron su ritmo de trabajo habitual, obviamente con las medidas preceptivas.
Afortunadamente las autoridades sanitarias entendieron que la Medicina Reproductiva es una modalidad que se puede considerar semi-urgente. Es cierto que no tratamos pacientes oncológicos, pero no es menos cierto que la edad afecta de forma muy seria la capacidad reproductiva de la mujer, y dejar pasar el tiempo sin actuar es dañar esa capacidad de concebir.
Esos meses de pausa nos sirvieron, sin embargo, para entender que el virus no se encuentra en el espermatozoide ni en el óvulo, que el virus no atraviesa la placenta, y que el problema lo pueden presentar solamente embarazadas infectadas que desarrollan una neumonía y complicaciones en el sistema de coagulación, que pueden ser muy peligrosos. Por eso las mujeres embarazadas se deben vacunar de forma preferencial; el paso del virus de la madre al feto en el momento del parto es todavía motivo de controversia, pero parece claro que tampoco es un problema para los recién nacidos, como no lo es para los niños en general.
Como consecuencia, en la segunda y tercera ola, nuestras clínicas han funcionado a pleno rendimiento.
P-Hace más de una década, usted vaticinó que el futuro de RA iba hacia la automatización de procesos del laboratorio. ¿Ha sido así?
R- Todos los procesos, incluida la RA están siendo sometidos al escrutinio de la inteligencia artificial. En nuestro mundo, los procesos necesitan ser bien entendidos para mejorar, porque hemos llegado a un 65-70% de probabilidad de embarazo por intento, algo que somos incapaces de superar. El aprendizaje de las máquinas guiadas por nosotros está abriendo nuevas vías para dar un paso cualitativo muy relevante a la hora de tratar mejor a nuestras pacientes y aumentar las tasas de éxito. Para eso, procesos que hasta ahora han sido manuales, deben ser automatizados. Algún día, el proceso de inicio de la vida humana en el laboratorio de RA estará más automatizado, habrá menos variabilidad en el éxito dependiente del operador y tendremos datos mucho más fiables, obtenidos de una forma constante, que ayudarán a los ordenadores a encontrar las mejoras que necesitamos y que nuestro cerebro es incapaz de procesar.
P-Usted lleva tiempo liderando e investigando sobre el rejuvenecimiento ovárico. ¿Es el futuro? ¿Cómo ve la Reproducción Asistida dentro de diez años?
R-El rejuvenecimiento ovárico es una línea de investigación prioritaria en la Fundación IVI a la que hemos dedicado un importante presupuesto este año. En realidad, rejuvenecimiento es una palabra incorrecta que lleva a confusión. Nosotros lo que hacemos es despertar folículos durmientes que el 39% de las mujeres con menopausia precoz todavía tienen en el interior de su ovario. Por eso, a mí me gusta llamarlo “activación ovárica”. Hemos aprendido en los últimos años el efecto beneficioso de las células madre mesenquimales de la médula ósea y se ha conseguido que mujeres con menopausia precoz tengan hijos.