En contra de lo que se piensa, la artrosis no es una enfermedad exclusiva de la vejez, aunque se más frecuente en este periodo de la vida. En este sentido, en la artrosis hay tres variables que pueden desarrollar una insuficiencia en la articulación: la calidad genética de los tejidos, el trabajo al que sometemos a la articulación y el tiempo al que llevamos sometiéndola a ese esfuerzo. Se trata una de las enfermedades más prevalentes en España, donde afecta a unos 7 millones de personas, y es una de las afecciones que más recursos sanitarios consume. Por ello, es necesario recordar que el reposo, el sobrepeso y la sobrecarga de la articulación, están contraindicados si se quiere experimentar una mejoría en la enfermedad.
«Hay una gran confusión respecto a la artrosis», afirma el jefe de Servicio de reumatología del Hospital del Mar de Barcelona y portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER), el doctor Pere Benito, quien entiende que el tratamiento terapéutico de la artrosis debe pasar por la educación del paciente en buenos hábitos de vida enfocados a la enfermedad.
La artrosis es un proceso crónico consistente en el desgaste progresivo de la articulación, esta enfermedad, que provoca dolor, rigidez e incapacidad funcional, tiene el problema de que «se diagnóstica tarde», cuando ya se ha producido una insuficiencia del cartílago. A este problema, explica, hay que añadir que «existe un desconocimiento por parte de los pacientes y de algunos médicos también de la enfermedad», ya que «creen que es una la enfermedad en la que se puede hacer poco».
«Es una enfermedad huérfana de interés y de fármacos porque los resultados no son tan importantes y brillantes como con otras patologías», añade este experto, para quien más allá de los actuales tratamientos farmacológicos debe existir la máxima corresponsabilidad por parte del paciente con su enfermedad.
Con el objetivo de quitar el dolor y mejorar la función de las articulaciones, destaca que médico y paciente deben colaborar para que el afectado conozca qué actitud debe tomar ante la artrosis. «Hay que explicar al paciente su enfermedad, hacer educación sanitaria e intentar seducirlo», el problema, añade, es que «eso requiere tiempo y desgraciadamente muchas veces el médico no se dispone de tiempo necesario».
No todos los pacientes con artrosis son iguales ni la padecen con la misma intensidad, además al tratarse de un problema en el cartílago puede afectar a cualquier articulación, no obstante existen unos consejos prácticos que sí pueden llevar acabo todos los pacientes para mantener la enfermedad a raya.
«Hay que desengrasar las articulaciones, fortalecer las estructuras que las hacen funcionar y engrasarlas», señala el portavoz de la SER, quien explica que los consejos que más pueden ayudar a mejora la enfermedad tienen que ver con un cambio de hábitos físicos. «Si un paciente es muy cuidadoso con las medidas físicas, pueden llegar a ser incluso más importantes que los medicamentos», afirma a Europa Press.
Las cuatro recomendaciones básicas son: perder peso, mantener una buena postura, hacer ejercicio y utilizar si es necesario elementos de descarga (plantillas, bastones, etc). Todas ellas están encaminadas a conseguir que la articulación no se «oxide» más de lo que ya está por la artrosis.
«Lo que les digo a mis pacientes es que tiene las articulaciones oxidadas. Si un bisagra está oxidada pero no se mueve no hace ruido, cuando se empieza a mover hace un ruido tremendo, pero cuando ya se calienta la bisagra hace menos ruido; lo mismo ocurre con la artrosis, cuando uno se levanta de una silla al dar los primeros pasos, el dolor va inherente a la artrosis, pero si mantiene la articulación caliente pero no cansada, entonces seguro que va a tener menos dolor a la larga», explica.
Por tanto, se aconseja al paciente realizar «movimiento sin cansancio de las articulaciones, contraindicando el reposo y el cansancio». El problema es que, la mayoría de la veces, el dolor es de tipo mecánico, es decir que aparece con la función y disminuye con el reposo, por lo tanto los pacientes lo que hacen es caminar menos para evitar ese dolor, «y esto es un contrasentido».
Otra recomendación del doctor Benito es evitar la sobrecarga de la articulación, «hacerla trabajar en exceso es algo que hay que evitar incluso para los que aun no tenemos artrosis», advierte. Esta recomendación es fundamenta para mantener la función de la articulación en condiciones correctas, y para ello hay que estar atento a problemas de espalda (escoliosis) o de los pies (planos o cabos) que pueden ser corregidos mediante soporte físico (corses, plantillas, bastones).