#Redacción, 18-11-2017.- El estrés prolongado genera un desequilibrio del funcionamiento del organismo, que puede influir en una disminución de las defensas del sistema inmune, e influir negativamente en el estado general de salud.
En los últimos años crece la opinión de que existe también una relación inversa. La práctica deportiva activa grandes grupos musculares y el ejercicio aeróbico, como el running, pueden modificar los niveles neuroquímicos del organismo y, en consecuencia influir en las emociones y los pensamientos.
En concreto, la actividad deportiva basada en correr puede una especie de masaje para el cerebro. Esta actividad pone en marcha el sistema de recompensa del cuerpo, segregando mediadores como la dopamina y la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad), que pueden favorecer pa recuperación de un cierto equilibrio neuroquímico que se puede manifestar en una mayor estabilidad emocional y reducción del estrés.
Por tanto, la práctica del running podría ejercer un efecto de reducción de la ansiedad en estas situaciones. Para poner en práctica este deporte, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones:
Conviene empezar su práctica de forma paulatina, poco a poco.
No es necesario empezar directamente a correr. Se puede empezar caminando y poco a poco incluir tiempos crecientes de carrera.
Ser determinado y constante es también fundamental para dar una continuidad. Poco a poco se irá convirtiendo en una práctica rutinaria.
Un buen truco es dejar todo el equipo preparado para el día siguiente. De esta manera nos lo ponemos fácil para ponernos en marcha.
Correr en compañía de otras personas es siempre un estímulo.
Marcarse metas alcanzables y progresivas. La consecución de los objetivos genera sentimientos positivos y gratificantes.
, e influir negativamente en el estado general de salud.
En los últimos años crece la opinión de que existe también una relación inversa. La práctica deportiva activa grandes grupos musculares y el ejercicio aeróbico, como el running, pueden modificar los niveles neuroquímicos del organismo y, en consecuencia influir en las emociones y los pensamientos.
En concreto, la actividad deportiva basada en correr puede una especie de masaje para el cerebro. Esta actividad pone en marcha el sistema de recompensa del cuerpo, segregando mediadores como la dopamina y la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad), que pueden favorecer pa recuperación de un cierto equilibrio neuroquímico que se puede manifestar en una mayor estabilidad emocional.
Por tanto, la práctica del running podría ejercer un efecto de reducción del estrés en estas situaciones. Para poner en práctica este deporte, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones:
Conviene empezar su práctica de forma paulatina, poco a poco.
No es necesario empezar directamente a correr. Se puede empezar caminando y poco a poco incluir tiempos crecientes de carrera.
Ser determinado y constante es también fundamental para dar una continuidad. Poco a poco se irá convirtiendo en una práctica rutinaria.
Un buen truco es dejar todo el equipo preparado para el día siguiente. De esta manera nos lo ponemos fácil para ponernos en marcha.
Correr en compañía de otras personas es siempre un estímulo.
Marcarse metas alcanzables y progresivas. La consecución de los objetivos genera sentimientos positivos y gratificantes.