Redacción, 03-08-2020.- La bronconeumonía es un proceso infeccioso en el que se ven implicados tanto los bronquios como el parénquima pulmonar. Los agentes principales que causan bronconeumonía son los virus y las bacterias, siendo una enfermedad autolimitada en algunas ocasiones requerirá de ingreso hospitalario y medidas de soporte.
Tal y como recoge el blog de la Fundación Quinton, los síntomas son los propios de una infección de las vías aéreas superiores que progresan, dando lugar a los cuadros de bronconeumonía, en la que encontramos:
- Tos, que puede ser productiva.
- Coriza.
- Cefaleas.
- Dolor de garganta con odinofagia cuando la inflamación de la laringofaringe es manifiesta.
- Disnea.
- Taquicardia.
- Taquipnea.
- Fiebre.
- En la auscultación se deben percibir sibilancias y crepitantes, indicadores ambos de la afectación bronquial y del parénquima.
El tratamiento de la bronconeumonía, en la mayoría de las ocasiones, se basa en antipiréticos, mucolíticos y analgésicos, ya que son cuadros, que pudiendo ser graves, normalmente tienen una evolución autolimitada, no se contagia pero es importante entender que el cuadro deriva de una progresión de una infección previa más banal.
La prevención de la bronconeumonía es difícil de medir. No existen estudios que demuestren medidas preventivas eficaces, pero lo que sí se sabe es que los desequilibrios en el ámbito nutricional, alteraciones de los ritmos circadianos, niveles de estrés crónico…, pueden favorecer un compromiso inmune y el desarrollo del cuadro.