Redacción, 20-01-2014.- La lepra aún existe y tiene cura. En pleno siglo XXI, todavía son muchas las regiones en el mundo donde existen personas afectadas por la lepra y donde la falta de información provoca situaciones de extrema pobreza y exclusión social entre quienes la padecen. Fruto de falsas creencias en torno a su origen y al desconocimiento de la enfermedad, la lepra es motivo de divorcio en algunos países, muchos niños son separados de sus padres porque padecen esta enfermedad o son expulsados de las escuelas porque alguien de su familia está contagiado.
«India, Brasil e Indonesia son los países más endémicos, aunque la enfermedad sigue presente en más de 100 países»
Según las últimas estadísticas oficiales disponibles, correspondientes al año 2012, 115 países notificaron a la Organización Mundial de la Salud 232.857 nuevos casos. Esto supone un ligero incremento respecto a 2011, en que se notificaron 226.626 nuevos casos de lepra. Si bien, este incremento se percibe en la región del Sudeste Asiático y en África, y puede deberse, entre otras causas, a la ampliación de la cobertura del programa de lucha contra la lepra en los países más afectados. No obstante, preocupa la disminución gradual de los países que declaran oficialmente sus estadísticas, lo cual impide conocer las cifras reales de la enfermedad.
De los 115 países que notificaron nuevos casos, 16 continúan reportando más de 1.000 casos nuevos cada año y acumulan el 95 por ciento de lepra en el mundo. Encabezan la lista de países más endémicos India con un 58 por ciento de los nuevos casos, seguido de Brasil (14 por ciento), Indonesia (8 por ciento). Le siguen Bangladesh, República Democrática del Congo, Myanmar, Nepal, y Nigeria.
EN ESPAÑA SE REGISTRAN 15 NUEVOS CASOS CADA AÑO
En nuestro país, se notificaron, a lo largo de 2012, 9 nuevos casos de lepra, en su mayoría casos importados, aunque también hay algunos casos autóctonos, generalmente de zonas históricamente endémicas como Andalucía, Galicia y Levante.
En cuanto a la evolución de la enfermedad en nuestro país, las casuísticas se mantienen en torno a los 15 casos nuevos anuales. Y en lo que respecta a la prevalencia, en 2011 había 72 casos registrados y 56 casos en 2012. Estas cifras vienen a constatar que, pese a ser una enfermedad erradicada en los países desarrollados, se siguen registrando casos en el primer mundo, posiblemente a consecuencia de fenómenos como la globalización o el incremento de los viajes y el turismo. De ahí, que las autoridades sanitarias permanezcan en alerta ante la posibilidad de enfrentarse a esta y a otras enfermedades “antiguas y olvidadas” en el mundo occidental.
EL GRAN RETO: ACABAR CON EL ESTIGMA SOCIAL
Estas alarmantes cifras van más allá de las lesiones en la piel, parálisis y discapacidades, ya que la lepra causa un profundo estigma social que conlleva graves consecuencias en la vida de las personas afectadas. Pese a las creencias populares, la lepra o enfermedad de Hansen es una dolencia curable y poco contagiosa, que todavía está muy lejos de ser erradicada. Si no se detecta y se trata a tiempo, ocasiona lesiones en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos, generando parálisis y discapacidades, que son irreversibles.
«Con motivo del Día Mundial contra la Lepra, que se celebra el domingo 26 de enero, Fontilles lanza la campaña “Niños con lepra en el siglo XXI. Tu ayuda Es VIDA”, dedicada a los niños que padecen la enfermedad en India, el país más afectado»
En India, 10 de cada 100 casos nuevos de lepra detectados son niños y niñas. Y esta cifra va en aumento: 13.387 nuevos casos en 2012, frente a 12.305 en 2011.
Todos los fondos recaudados por Fontilles a través de la campaña “Niños con lepra en el siglo XXI. Tu ayuda es VIDA» irán íntegramente destinados a actividades de detección temprana y tratamiento, formación de agentes de salud en las comunidades, acceso a micro-créditos, cirugía reconstructiva, rehabilitación física y socio-económica, así como a campañas de educación y sensibilización para reducir el estigma y la discriminación, con el fin de que los niños y otros enfermos no tengan que ocultarse.