Redacción, 22-05-2021.- En la actualidad no conocemos la causa exacta del cáncer de próstata, pero sí que representa el 21% de los cánceres masculinos. Por tanto, estamos ante una enfermedad con una alta incidencia entre la población y, en consecuencia, con un alto impacto en el Sistema Nacional de Salud. Su detección temprana siempre será la forma más eficaz de afrontar esta enfermedad. Esa es la razón por la que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, a través de su Vocalía Nacional de Analistas Clínicos, ha elaborado el documento técnico Diagnóstico precoz de la patología prostática que facilite avanzar en esa dirección.
El cáncer de próstata, como una gran parte de los tumores malignos, no causa ninguna alteración perceptible por el paciente en las fases iniciales de la enfermedad.
Precisamente, porque muchos hombres con cáncer de próstata se encuentran asintomáticos, el primer signo de la enfermedad será un hallazgo casual en una analítica rutinaria de un PSA (Antígeno prostático específico) elevado. El PSA es una proteína producida, casi exclusivamente en la próstata, que se segrega junto con el semen, de la que una pequeña cantidad pasa a la sangre. En consecuencia, con una pequeña muestra de sangre el farmacéutico analista va a poder determinar los niveles de PSA.
Tal y como recoge Redfarma, en estos momentos, el análisis del PSA está considerada como una prueba diagnóstica objetiva de gran ayuda para establecer la sospecha de que exista la posibilidad de tener un cáncer de próstata. Y es que estamos ante tumores que evolucionan lentamente y normalmente la sintomatología va a presentarse en etapas más avanzadas del proceso.
Entre esos síntomas locales, pueden encontrarse urgencia de orinar frecuentemente, pérdida involuntaria de la orina, aumento de la frecuencia de orinar; flujo miccional débil o interrumpido, necesidad de hacer fuerza para vaciar la vejiga, dolor y escozor durante la micción, sangre en la orina, o disfunción eréctil. Existen algunos síntomas generales que suelen aparecer en las fases más avanzadas de la enfermedad, como son la pérdida de peso o apetito, dolor óseo localizado, e incluso insuficiencia renal. Si se aprecia cualquiera de los síntomas mencionados, se debe acudir al médico para que solicite realizar las pruebas necesarias, entre las que se incluirá un análisis del PSA, y pueda hacer un diagnóstico cuanto antes.
En todo caso, habrá que tener en cuenta que los valores normales del PSA pueden variar, simplemente, por razones de edad y volumen prostático. A más edad y mayor volumen prostático pueden aparecer niveles de PSA elevados sin que haya presencia de un cáncer de próstata.