Redacción, 06-12-2018.-La presbicia es un problema visual que consiste en una disminución de la capacidad de enfoque del ojo, lo que provoca una pérdida de nitidez en la visión de cerca. Esto sucede por la degeneración del cristalino, nuestra lente óptica natural, y origina lo que se conoce como “vista cansada”.
Tal y como recoge Cinfa, suele manifestarse a partir de los 40-45 años y es un problema que va al alza en la sociedad debido al envejecimiento paulatino de la población. De hecho, se estima que, a partir de los 45 años, afecta a 9 de cada 10 personas.
Algunos de los síntomas son
- Dificultad para distinguir letras pequeñas: se ven borrosas o se mueven como si bailasen.
- Dolor de cabeza: sobre todo cuando se fija la vista durante mucho tiempo en un libro o en la pantalla del ordenador.
- Fatiga visual al terminar la jornada laboral o durante las últimas horas del día.
A continuación se muestran cinco consejos para cuidar la vista cansada:
1. Mantente alerta ante la aparición de cualquier síntoma.
Las dificultades para ver imágenes próximas o para leer, así como el cansancio visual o los dolores de cabeza tras realizar tareas prolongadas de visión cercana, pueden ser síntomas de tener presbicia. Si notas alguno de estos problemas, acude a tu oftalmólogo.
2. Adopta buenos hábitos de lectura.
Algunos hábitos personales o profesionales pueden agravar los síntomas de la vista cansada. Si pasas muchas horas delante de la pantalla del ordenador, recuerda que tus ojos están realizando un “sobreesfuerzo” para ver continuadamente de cerca y no es extraño que acuses más la fatiga ocular. Para minimizarlo, realiza descansos visuales cada 20 minutos, fíjate en aspectos como el brillo, la posición de la pantalla y la distancia de lectura.
3. Utiliza la corrección óptica adecuada.
Llevar la graduación indicada por tu oftalmólogo en gafas o lentillas es importante para disfrutar de la mayor comodidad y calidad de visión. Ten en cuenta que la presbicia va evolucionando y es habitual que se produzcan cambios, por lo que tendrás que adaptar los cristales o lentes cada cierto tiempo. Al contrario de lo que algunas personas creen, utilizar menos corrección de la necesaria no ayuda a frenar la progresión de este defecto refractivo y, por tanto, es un hábito que conviene evitar.
4. No te olvides de los controles periódicos.
Sobre todo a partir de los 40 años, ya que es cuando se activa el proceso degenerativo del ojo. Como consecuencia, puedes empezar a padecer presbicia, así como otras patologías oculares asociadas a la edad.
5. Si deseas operarte, infórmate de las opciones.
El especialista en cirugía refractiva realizará un estudio personalizado y te aconsejará sobre la técnica idónea en función de tu caso particular. Por ejemplo, dentro de la implantación de lentes intraoculares, puede recomendarte las de tipo multifocal, pero también existen otras opciones eficaces para lograr reducir la dependencia de las gafas a diferentes distancias.