Redacción, 10-02-2015.- Las consecuencias del consumo abusivo de alcohol son bien conocidas: muertes y graves lesiones en accidentes de tráfico, cáncer digestivo, maltrato físico, cirrosis hepática o suicidios encabezan esta lista negra. El alcohol es un producto potencialmente adictivo y sin embargo, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud, más del 65% de la población mayor de 15 años tomó alcohol en el último año.
El 13% de este grupo de población lo consume a diario y casi un 14% en forma de atracón (‘binge drinking’). En estos dos últimos casos el consumo de alcohol se puede convertir en un auténtico problema. Según explica a Infosalus el doctor Rodrigo Córdoba, del Grupo de Educación Sanitaria del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), para la Organización Mundial de la Salud no existe el riesgo ‘0’ tras el consumo de alcohol.
Tras esta puntualización, Córdoba señala que se establecen tres categorías en su consumo: bajo riesgo, consumo de riesgo y síndrome de dependencia alcohólica, el eufemismo clínico de ‘alcoholismo’, una etiqueta cargada de estigma social. Se considera consumo de bajo riesgo cuando la persona toma una o dos unidades de alcohol al día y no todos los días o bien que no sobrepasa a la semana las 17 unidades en el caso de los hombres y las 11 unidades en el de las mujeres. Cuando la consulta se vuelve de riesgo es cuando se superan las 28 unidades en los varones y las 17 unidades en las mujeres a lo largo de la semana. Los médicos de Atención Primaria tratan de identificar este riesgo en sus pacientes o sus familiares a través de indicadores sociales del consumo de riesgo que incluyen:
– Consumo diario de alcohol fuera de las comidas o incluso en el desayuno.
– A menudo estas personas entran en el ‘juego de las rondas’, que incita a un consumo excesivo, algo que según Córdoba parece admitido en el entorno social.
– La aparición de síntomas tras el consumo: dispepsias, cefaleas o temblores.
– Caídas habituales: el médico apunta a que en las noches de los fines de semana en las urgencias hospitalarias se concentran casos de fracturas costales. En estos casos, Córdoba señala que quienes se encuentran en este límite, si se detecta a tiempo, pueden con mayor facilidad volver a niveles de bajo riesgo y consumo moderado. En el caso del consumo abusivo asociado al síndrome de dependencia del alcohol se hace necesaria la intervención médica inmediata. Para su identificación el doctor Córdoba apunta que los síntomas de alarma incluyen:
– No poder dejar de consumir alcohol en un periodo de 24 horas.
– Preocupación por la adquisición de bebidas alcohólicas, lo que indica la dependencia, «de forma similar a lo le sucede al fumador que necesita siempre tener a mano cigarrillos», señala Córdoba.
– Tomar 5 o 6 unidades diarias (1/2 litro de vino, 1 litro de cerveza o 3 combinados).
– Problemas laborales, derivados de un menor rendimiento laboral, lo que puede conllevar un mayor empobrecimiento económico al perder el puesto de trabajo.
– Problemas familiares asociados al maltrato, se considera que en un 60% de los casos del maltrato físico a la pareja el factor que lo precipitó fue el alcohol.
* Teléfono de atención de la Agencia Antidroga (901 350 350), donde se informa y orienta sobre el recurso más idóneo para el problema solicitado.