Redacción, 19-12-2019.- Se acerca la Navidad, una fecha muy señalada que los pacientes con cáncer viven todavía con más intensidad y que pueden disfrutar de la misma forma que cualquiera si siguen ciertas pautas dietéticas. “Es muy importante que sigan una alimentación saludable y variada que incluya verduras, arroz, legumbres, pescado, carnes, huevos, lácteos y aceite de oliva”, explica el doctor Pedro Robledo, responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de MD Anderson Cancer Center Madrid.
Tal y como recoge MD Anderson Cancer Center, los tratamientos con quimioterapia por vía intravenosa, la radioterapia o la inmunoterapia pueden producir alteraciones en el sabor, náuseas o estreñimiento, mientras que los pacientes en tratamiento hormonal refieren más problemas relacionados con el control del peso y alteraciones glucémicas y/o dislipémicas.
Otro problema ante el que se encuentran los pacientes con cáncer se refiere al reparto energético de las 1.500-2.000 calorías, según necesidades, que las personas deben ingerir fraccionadas en cuatro o cinco tomas. “Los pacientes en tratamiento no siempre son capaces de ingerir alimentos en horas establecidas, ya que pueden tener náuseas por las mañanas, por ejemplo”, detalla el doctor Robledo.
Atendiendo a estas indicaciones, es fácil diseñar un menú saludable, variado, sabroso y atractivo para toda la familia, ya que hay muchos alimentos que pueden cumplir con las recomendaciones dietéticas de cada paciente y que pueden ser una opción exquisita para la cena de Nochebuena o la comida de Navidad:
- Como entrante, un puré de calabaza podría ser una opción muy recomendable sobre todo en pacientes con cáncer gástrico y cáncer de esófago “por su fácil absorción de los nutrientes y su fácil paso de boca a estómago, respectivamente”, señala el doctor Robledo.
- Como plato principal, el pavo se presenta como una opción con alto nivel proteico (aporta más de 20 gramos de proteína por cada 100 gramos) y fácil digestión que puede proporcionar energía al músculo, al tiempo que estimula ciertas bacterias de la microbiota que pueden ejercer una función inmunomoduladora.
- De postre, el yogur puede ser también un alimento muy beneficioso y apto en todos los casos, ya que tiene “un efecto probiótico de gran ayuda contra patógenos de la flora bacteriana intestinal”, argumenta el doctor Robledo. Además, continúa, “el yogur mejora las fases digestivas y aporta diversos minerales como sodio, fósforo o potasio”.
Además, a nivel de prevención, las condiciones de modificación culinaria en cuanto a temperatura y alto consumo energético pueden influir en el riesgo de origen y desarrollo de un cáncer. Así, por ejemplo, no se deberían consumir más de tres raciones de 125 gramos de carne roja a la semana ni se debería cocinar a altas temperaturas, concretamente no a más de 130 grados centígrados.