Redacción, 06-03-2019.-España es ya el país más saludable del mundo, según el índice Bloomberg Healthiest Country. De acuerdo a este índice, tienen que ver nuestro sistema sanitario de Atención Primaria y la dieta mediterránea, con el consumo habitual de alimentos como el tomate o el aceite de oliva.
Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) celebran este primer puesto de España como país más saludable del mundo y subrayan que seguir un patrón de dieta mediterránea es muy recomendable ya que, “además de proporcionarnos una dieta apetitosa, nos ayuda a mantenernos sanos y a prevenir el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, enfermedades cardiovasculares o algunos tipos de cáncer».
El estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) en el que se incluyeron 7.447 personas repartidas por ocho comunidades autónomas, demostró que el grado de adherencia a la dieta mediterránea tradicional medido en una escala de 14 puntos era de alrededor de 8,5. Es decir, españoles de edad media-avanzada obtenían solo un aprobado. Pero la puntuación obtenida por personas más jóvenes es mucho más baja.
Para evitar la pérdida de nuestro patrón de alimentación mediterránea, la SEEN aporta unas recomendaciones de dieta mediterránea para ponerla en práctica:
- Tomar alimentos ricos en fibra, minerales y antioxidantes.
- La sal, mejor yodada. Se recomienda añadir poca sal a las comidas y evitar los productos enlatados, embutidos y precocinados por su alto contenido en sal.
- Usar preferentemente aceite de oliva virgen tanto para cocinar como para condimentar ensaladas.
- Comer más pescado que carne (y aportan grasas más saludables).
- Los huevos son un magnífico alimento. Pueden tomarse de tres a siete huevos enteros por semana.
- Evitar alimentos y bebidas a los que durante la fabricación y procesamiento se les ha añadido azúcares, especialmente refrescos.
- Reducir el consumo de las carnes rojas (como ternera, cerdo, caza) y, sobre todo, de carnes procesadas, como embutidos.
- Hay que fijarse en el etiquetado y evitar el consumo de alimentos elaborados con aceites vegetales hidrogenados o grasas vegetales (de palma o coco) y/o animales.
- Evitar tomar alimentos ultraprocesados (añaden, con mucha frecuencia, demasiada sal, azúcares y grasa no saludable).
- Se recomienda ingerir dos raciones diarias de lácteos. En periodos de crecimiento y mujeres embarazadas, lactantes y menopáusicas es aconsejable tomar una ración más.