Redacción, 16-07-2014.- Un alto porcentaje de la salud de una persona después de los 40 años se debe a cómo haya mimado sus genes hasta entonces. Y este cuidado tiene mucho que ver con los alimentos, porque dependiendo de lo que un ser humano coma, se expresarán en mayor o menor medida los genes de la salud o de la enfermedad. La clave: conocerse a sí mismo y actuar en consecuencia, según explica la periodista Macarena P. Lanzas en elmundo.es
Bajo este precepto ha presentado Jose Mª Ordovás , director del Laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts (EEUU), el seminario Comer: cocinar, nutrición y salud en los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid, que tienen lugar durante esta semana en El Escorial.
Así, el experto señala dos aspectos a considerar: La nutrigenómica, que de una manera basal determina que «hay alimentos que hacen que unos genes se expresen más o menos, antes o después, porque no hay una sincronía perfecta» y «las mutaciones que nos hacen diferentes y que están más o menos supeditadas a esos cambios en la dieta».
Aprender a comer como mandan los genes es la idea principal del mensaje de Ordovás, y en la personalización está la clave. En la actualidad parece que se ha perdido ese control individual que cada ser humano tiene sobre su alimentación y su estilo de vida. Numerosas voces opinan y marcan la dieta ideal. «Nos dejamos llevar demasiado por el exceso de información que tenemos, que a veces es apropiado y otras veces no tanto».