Redacción, 18-04-2020.- Acabamos de salir de un otoño e invierno donde la insolación ha sido bastante escasa, lo que ha provocado que nuestros niveles de vitamina D estén algo resentidos. Pero si a esto le añadimos el periodo de confinamiento domiciliario donde la exposición solar es mucho más dificultosa, podremos concluir que tenemos unos niveles bajos de vitamina D, tal y como recoge la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
“Unos bajos niveles de vitamina D influirían en este sistema inmune, debilitándolo y, por tanto, dificultando nuestra defensa frente a los agentes externos, como el coronavirus”
La vitamina D dispone de receptores específicos en algunas células de nuestro organismo necesarios para ejercer sus funciones, entre ellas linfocitos y macrófagos, células encargadas de la inmunidad celular de nuestro cuerpo. “Unos bajos niveles de vitamina D influirían en este sistema inmune, debilitándolo y, por tanto, dificultando nuestra defensa frente a los agentes externos como este nuevo virus, el coronavirus”, tal y como advierte el Dr. José Manuel Cucalón.
Para mejorar estos niveles de vitamina D la SEMG hace una serie de recomendaciones a la población:
- Aumentar la insolación de nuestro cuerpo en la medida de lo posible y a pesar del confinamiento por el Estado de alarma. Para ello desde terrazas, balcones o a través de las ventanas, los ciudadanos deberían tomar diariamente el sol 10 o 15 minutos en brazos, piernas y cara, aumentando en lo posible la superficie dérmica en contacto con el sol para poder sintetizar más vitamina D.
- Aumentar en la dieta aquellos productos alimenticios vegetales y animales que tengan vitamina D, por ejemplo, los pescados azules (salmón, boquerones, arenques o sardinas), hongos y setas como los champiñones, marisco, hígado de animales, huevos (yema), aguacate, cereales, así como con alimentos enriquecidos con esta vitamina, como los lácteos que, aunque en España tienen poca cantidad de vitamina D, serían otra fuente.