Redacción, 30-03-18. La adolescencia es una época de importantes cambios fisiológicos, en la que las necesidades nutricionales se ven incrementadas. Pero también es una etapa en la que se adquieren gustos y aversiones alimentarias que pueden ser perjudiciales, según recoge ‘EfeSalud’.
Por ello, ayudar a que el adolescente adopte unos hábitos alimentarios saludables y vigilar que no sufra ningún trastorno nutricional, es vital para favorecer un adecuado desarrollo y lograr una vida adulta más saludable.
Laura González, responsable de Salud y Nutrición de Nestlé, explica que “los hábitos alimentarios de los adolescentes se caracterizan por una tendencia a la irregularidad de horarios, se saltan comidas y también tienden a realizar comidas fuera de casa, en restaurantes de comida rápida, lo que puede desequilibrar la alimentación diaria”.
La imagen corporal cobra especial importancia en la adolescencia, siendo los más jóvenes muy sensibles a la publicidad, “un hecho que puede llegar a condicionar sus hábitos alimentarios”, matiza.
La nutricionista alerta: “la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes ha aumentado de forma espectacular. Hemos pasado del 4 % en 1975 a más del 18 % en 2016”.
Por ello, González aporta unos consejos para mantener los hábitos saludables en casa, comprar y tener a su disposición solo aquellos alimentos que queramos que los jóvenes coman:
– Ten a su disposición comida simple y atractiva, desde frutas y verduras ya cortadas, hasta batidos, barritas integrales, sopas y sándwiches.
– Anímales a que hagan cada comida a su tiempo.
– El desayuno es fundamental para empezar bien el día. Haz que le dediquen tiempo y que sea un momento para reuniros en la mesa. “Cuantas más comidas se hagan en familia, muchísimo mejor porque favorecemos el diálogo que tanto necesitan los adolescentes”, afirma Laura González.
– No olvidar el ejercicio físico diario.
– Los adolescentes necesitan entre ocho horas de sueño cada noche para poder tener la energía necesaria para las actividades diarias. “Es importante que no vayan a la cama muy tarde y evitar la televisión y el ordenador justo antes de ir a dormir”, expresa González.