Redacción, 03-01-2020.- La técnica del tatuaje consiste en dibujar sobre sobre la piel mediante la inyección intradérmica de micropartículas de tinta o pigmentos con agujas o punzones esterilizados. Acostumbran a ser permanentes ya que las células de la dermis son muy estables y preferentemente pueden eliminarse con láser.
Tal y como recoge Quirónsalud, la decisión de hacerse un tatuaje debería estar bien meditada puesto que implica asumir algún pequeño riesgo como es una infección o una reacción alérgica a los pigmentos de tinta. Y a posteriori, en función de la localización del mismo, podría suponer algún inconveniente en algún proceso médico. Después de realizarse el tatuaje deben seguirse los consejos de higiene y cuidados especificados por los profesionales.
En algunas ocasiones los pacientes han comentado ligeras complicaciones al someterse a una resonancia magnética, relatan que experimentan hinchazón o ardor durante la prueba diagnóstica.
El Dr. Alejandro Camps, del servicio de Dermatología del Hospital General de Catalunya, detalla que la localización del tatuaje es importante ya que «si se realiza en la columna lumbar con toda probabilidad el anestesista no querrá pinchar una peridural en esa zona y eso es importante que lo sepan sobre todo las mujeres si quieren quedarse embarazadas».
Camps hace muchos años que ve tatuajes en su consulta, desde los involuntarios provocados por una rozadura en el asfalto tras una caída en bicicleta a los realizados por tatuadores profesionales que siguen unas escrupulosas condiciones de higiene. Durante mucho tiempo, el Dr. Camps ha sido el presidente de la Sociedad Europea de Láser en Dermatología y ha trabajado en la creación de normativas para los centros tatuadores que deberían entregar a sus clientes un documento sobre el producto aplicado. En general, los pigmentos del tatuaje se componen de compuestos inorgánicos y/u orgánicos, tales como hierro, carbono y otros compuestos.
Eliminar un tatuaje no es tarea sencilla. Los que están hechos con tinta negra son más fáciles de eliminar que los policromos ya que los primeros dan una mejor respuesta al choque de la luz y si son antiguos mejor. El lila, el rojo y el amarillo son colores muy difícil de borrar y cuanto más pigmento más se complica la eliminación del tatuaje. Cada color puede responder a una distinta longitud de onda láser y un tiempo de emisión de luz o pulso muy corto…
Si bien hace años los tatuajes se eliminaban por abrasión mediante el recambio exudativo de la piel, en la actualidad lo que se utiliza es la tecnología láser.
El Dr. Alejandro Camps explica que «tras ser emitida la luz por el láser en un pulso muy corto se convierte en un impacto fotoacústico, que se emplea para alterar aquellas partículas sobre las que se desea actuar, se fraccionan y son absorbidas por los macrófagos. La luz pulsada tiene avidez por distintos colores, en función de la longitud de onda que utilicemos, que con el choque de luz rompe la partícula. El láser, que funciona mediante un proceso de impacto fotoacústico, fragmenta el pigmento encapsulado en la dermis. La eliminación del pigmento fraccionado se realiza mediante la fagocitosis por los macrófagos que permite la pérdida de pigmento adicional. Los macrófagos fagocitan el pigmento y se lo llevan por la vía linfática».
El dermatólogo explica que el proceso de eliminación de un tatuaje es lento ya que son necesarias varias sesiones a intervalos de más de un mes.