Redacción, 18-02-2020.- Uno de los problemas leves de salud más habituales a lo largo de nuestra vida son las pequeñas heridas. Cortes, arañazos, hematomas y quemaduras son dolencias que todos hemos sufrido alguna vez y que volveremos a padecer. Por eso es importante que conozcamos cómo debemos cuidar las pequeñas lesiones y qué productos debemos tener en casa en nuestro botiquín de primeros auxilios.
Tal y como recoge la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), la herida es una lesión que se produce en el cuerpo por golpes o desgarros en la piel. Cuando nos hacemos una herida, corremos el riesgo de que a través de ella entren microorganismos y produzcan una infección.
Por este motivo, lo primero que debemos hacer es evitar que se infecte:
- Si la herida sangra, debemos detener la hemorragia aplicando una gasa sobre la lesión.
- Una vez que deje de sangrar, limpiaremos la herida con agua y jabón suave desde el centro de la lesión hacia sus bordes.
- Si la herida tiene cierta profundidad, debemos usar suero fisiológico para limpiarla.
- Cuando hayamos limpiado la herida, aplicaremos un producto antiséptico para evitar que se infecte. Existen distintos tipos de antisépticos con propiedades y mecanismos de acción diferentes: agua oxigenada, alcohol isopropílico, povidona yodada, soluciones de mercurocromo y preparados a base de clorhexidina.
En el caso de pequeños cortes en los dedos, una vez limpiada y tratada la herida es recomendable cubrirla con una tirita para evitar que se abra y se infecte. Si se trata de magulladuras y roces producidos por caídas (muy habituales en niños), es mejor cubrirlos con apósitos con hidrocoloides.
Es habitual que en el ámbito doméstico se produzcan quemaduras ocasionadas al cocinar o al planchar. Cuando esto ocurra, es recomendable enfriar la quemadura con agua corriente fría durante algunos minutos. Posteriormente, deberemos desinfectar la quemadura con un antiséptico, preferiblemente en forma de gel, que contribuirá a refrescar la zona.
Para evitar la infección de la quemadura, se deberá cubrir la herida o aplicar cremas o pomadas, que mantienen la humedad de la zona y favorecen una correcta cicatrización, aliviando las molestias que provoca la quemadura.
En cuanto a los hematomas, que son una acumulación de sangre en los tejidos superficiales o profundos causados por la rotura de uno o varios vasos capilares tras un golpe, son los más frecuentes y se caracterizan por una hinchazón dolorosa y un color azulado. Para tratarlos basta con mojar la zona afectada con agua fría después de la contusión y aplicar después un gel o pomada que favorezca la circulación de la sangre.