Redacción, 25-08-2018.- Las migrañas son un tipo de cefalea en cuyo origen participan diversos factores genéticos, hormonales y ambientales, entre los que destacan la climatología, el viento sur y las bajas presiones atmosféricas, además del estrés y la alimentación, según ‘Consalud’.
Un estudio realizado por la Escuela de Medicina de Harvard ha revelado que el aumento de cinco grados en la temperatura ambiental incrementa el riesgo de sufrir un dolor de cabeza en las siguientes 24 horas en un 7,5%.
El especialista en Neurología de Policlínica Gipuzkoa, Gurutz Linazasoro, recuerda que «en verano hay muchos factores que pueden influir en la aparición de crisis migrañosas: días de viento sur, altas temperaturas, mayor exposición al sol y modificaciones en la pauta de alimentación, como pueden ser retrasar el horario de las comidas, beber pocos líquidos, favorecer la deshidratación y consumir más alcohol».
El neurólogo afirma que las personas propensas a padecerlas tienen un mayor riesgo de sufrirlas, pero que nadie está exento de tener una crisis migrañosa o algún otro tipo de cefalea en verano. En este sentido, la OMS advierte de que la prevalencia mundial de la cefalea (al menos una vez en el último año) en los adultos es aproximadamente del 50%.
Según explica el neurólogo, «para prevenir las crisis de migraña, lo mejor es llevar una cierta rutina en las hábitos de vida. Dormir un número regular de horas o comer a las mismas horas es muy importante para ello. Además es bueno hidratarse, no exponerse demasiado al sol y no ingerir bebidas alcohólicas».