Redacción, 22-02-2020.-A lo largo de la estación invernal se producen alteraciones climatológicas típicas de esta época como son el descenso de temperaturas o la proliferación de los días de viento.
Una de las zonas que, por su sensibilidad, requiere de precauciones especiales son los ojos. “Las bajas temperaturas estimulan la secreción de la lágrima y por eso nos lloran los ojos cuando hace frío. Pero este mismo frío también puede provocar irritación o incluso escozor. Aparece entonces el picor o quemazón, la visión borrosa o incluso la sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo”, apunta el Dr. Emilio Dorronzoro, jefe de Oftalmología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
Tal y como recoge Sanitas, otra de las consecuencias derivada de la caída de los termómetros es que se produce una peligrosa relajación respecto a la exposición de los ojos a la luz del sol. “Es común en la época invernal que, ante la ausencia de calor, se diluya la percepción del riesgo que conlleva exponer los ojos a la luz solar sin utilizar gafas de sol”, advierte el especialista.
Ante ello, y con el objetivo de evitar posibles lesiones, recomienda su uso durante todo el año y en zonas de nieve y montaña. “La sobrexposición a los rayos UV no es un problema estacional, por lo que los ojos deben estar protegidos en todo momento”, explica.
Para evitar todos estos riesgos, Dorronzoro aboga por la prevención y una serie de sencillos consejos que ayudarán a mantener los ojos protegidos e hidratados.
• Parpadear voluntariamente para estimular la producción de lágrimas.
• Utilizar gafas los días de sol y viento para evitar la evaporización de la lágrima.
• Aplicación de lágrimas artificiales para preservar la humedad de la zona ocular.
• En caso de sentir un objeto extraño, lavar con suero fisiológico evitando frotar la zona.
• En lugares cerrados y con calefacción, utilizar humidificadores para evitar la sequedad.