Redacción, 11-03-2015.- Entre más de 100.000 posibles fármacos, sólo uno, la harmina, hizo que las células beta humanas productoras de insulina se multiplicaran, según muestra un estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Monte Sinaí, en Nueva York, Estados Unidos, financiado por JDRF y los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses y publicado este lunes en ‘Nature Medicine’.
La diabetes es el resultado de que muy pocas «células beta» productoras de insulina en el páncreas secretan muy poca insulina, la hormona necesaria para mantener los niveles de azúcar en sangre a niveles normales. La enfermedad afecta a 380 millones de personas en todo el mundo y da lugar a importantes complicaciones médicas: ataque al corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, ceguera y amputación de miembros.
El estudio de Monte Sinaí encontró que la harmina condujo a la división sostenida y la multiplicación de las células beta adultas humanas en cultivo, un logro que se había escapado a la investigación desde hace años. Además, el tratamiento con harmina triplicó el número de células beta y dio lugar a un mejor control de azúcar en la sangre en tres grupos de ratones diseñados para imitar la diabetes humana.
Los esfuerzos de desarrollo de medicamentos basados en harmina tendrán que lidiar con sus efectos psicoactivos conocidos en el cerebro, lo que puede explicar su uso tradicional en ceremonias espirituales y en medicina. «Creemos que la regeneración de las células beta jugará un papel clave en la curación de la diabetes tipo 1», augura Patricia Kilian, directora del Programa de Investigación en Regeneración de JDRF