Redacción, 27-11-2017.- El déficit de hierro es una afección de la salud, en la que el organismo no dispone de suficiente hierro para cubrir sus necesidades y que puede presentarse con o sin anemia.El hierro es esencial para el funcionamiento saludable de todo el organismo, incluido el corazón, los músculos y los glóbulos rojos. También es importante para una salud mental y física óptimas, así como para mantener niveles altos de energía. Según la OMS, el déficit de hierro provoca una reducción de la productividad y el rendimiento en el trabajo físico de hasta un 30%, en los hombres y las mujeres que lo padecen.
A pesar de su prevalencia, muchas personas no reconocen los síntomas del déficit de hierro, y conseguir un correcto diagnóstico es un reto.
Con la celebración del Día del Déficit de Hierro 2017 se pretende ayudar a la población a reconocer los síntomas del déficit de hierro, con una campaña a nivel internacional en la que se explican los distintos síntomas de una forma sencilla, accesible y fácil de entender.
Asimismo, en España, el Hospital La Paz en Madrid acogerá una campaña de concienciación sobre la anemia y el déficit de hierro, en la que además de ofrecer información a la población general, se les brindará la posibilidad de hacerse un análisis con el que descartar una posible presencia de anemia o déficit de hierro.
El Dr. Josep Comín, Director del Programa de Atención Integral a la Insuficiencia Cardiaca Comunitaria de la Gerencia Territorial Metropolitana Sur del Instituto Catalán de la Salud y jefe Clínico de la Sección de Insuficiencia Cardiaca Crónica del Hospital de Bellvitge, alerta de que el déficit de hierro es «la deficiencia nutricional más frecuente en el mundo, especialmente en poblaciones vulnerables de niños y niñas, afectando su desarrollo físico y mental, así como en mujeres en edad fértil, condicionando sus capacidades físicas y psíquicas. En este último caso- añade el doctor- es muy común, además, la ausencia de diagnóstico y tratamiento».
El déficit de hierro afecta con especial gravedad a los pacientes de enfermedades crónicas, y tiene especial incidencia en las relacionadas con el corazón y el riñón. Según apunta el doctor Comín, una de cada 2 personas con insuficiencia cardiaca presenta déficit de hierro, que en muchos casos desemboca en anemia.
El doctor Comín destaca que los pacientes con insuficiencia cardiaca, que además tienen déficit de hierro, «sufren mayor discapacidad y tienen una peor calidad de vida, dado que esta ausencia de hierro afecta a la producción de la energía corporal para poder vivir y hacer funcionar los órganos, el corazón incluido». «El déficit de hierro- detalla el especialista- empeora la capacidad de bombeo del corazón y, por tanto, de poder realizar actividad física, afectando a la evolución de la enfermedad y aumentando el riesgo de muerte o de ser hospitalizados».
El doctor Josep Comín quiere resaltar, no obstante, que «la corrección del déficit de hierro en estos pacientes con fallo cardiaco crónico, mediante terapias intravenosas, puede revertir la mayoría de problemas».
Por su parte, el Dr. José María Portolés, jefe de Servicio del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda y Coordinador del Grupo de Trabajo en Anemia de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), expresa la necesidad, no solo de prestar más atención a los niveles ferropénicos, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas, sino también de incrementar la concienciación sobre la importancia de llevar un control de dichos niveles, tanto en la población general como, incluso entre los propios profesionales.
El doctor explica que, en el caso de su especialidad de trabajo con pacientes con Enfermedad Renal Crónica «la anemia es tan frecuente, que muchos médicos consideran los síntomas anémicos como parte del síndrome urémico. Sin embargo, cuando se corrige, se observa una mejoría del paciente, aunque la uremia persista», motivo por el que el Dr. Portolés recomienda esta corrección, mediante «diferentes preparados orales o intravenosos».
La incidencia de anemia- según apunta el especialista- «aumenta a medida que progresa la ERC y es máxima en pacientes en diálisis. Se estima que uno de cada 15-20 habitantes con función renal normal tiene anemia, mientras que este número sube a uno de cada 2 pacientes con ERC en estadios 4 y 5».
Para el doctor Portolés, la concienciación sobre el déficit de hierro y la anemia ferropénica, constituye una herramienta fundamental para la mejoría de la calidad de vida de los pacientes crónicos. «La anemia- explica- disminuye la capacidad de funcionar del organismo, genera cansancio, menor capacidad para hacer ejercicio, anorexia, defectos en pelo, piel y uñas, etc, y disminuye el aporte de oxígeno a todos los tejidos, por lo que el cuerpo tiene que compensarlo, sobrecargando el corazón y otros órganos, lo que favorece la hipertrofia ventricular y podría acelerar la progresión de ERC», razona el doctor. «Además- añade- con frecuencia el corazón y el riñón enferman juntos. De ahí que las guías clínicas de Nefrologia y más recientemente, también las de Cardiología, insistan en la necesidad de medir el estado ferrocinético y de anemia para corregirlo».