Redacción, 11-05-2018.- La piel del deportista que practica actividad al aire libre sufre mayores agresiones que el resto de la población por su exposición continuada a la radiación solar, lo que incrementa el riesgo de sufrir alteraciones a nivel cutáneo,según la ‘Fundación Piel Sana’.
Dermatólogos y biólogos reunidos en la II Jornada ‘La piel del deportista’, organizada por la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), han coincidido en que los deportistas son conscientes de los riesgos a corto plazo derivados de la práctica de ejercicio en el exterior. Aunque también han afirmado que se requiere una mayor concienciación sobre los efectos a largo plazo derivados de la fotoexposición crónica, que incrementa el riesgo de sufrir cáncer de piel y la aparición de forma prematura de signos de fotoenvejecimiento.“Todos los deportistas habituales son conscientes de los riesgos a corto plazo porque sufren las consecuencias de inmediato e intentan prevenirlas. Pero los riesgos a largo plazo derivados de la fotoexposición crónica que comportan muchos de estos deportes no están en la mente de la mayoría de los deportistas y por ello no todos se protegen de manera adecuada”, ha señalado la dermatóloga y presidenta del Comité Científico Local, Rosa Taberner.
La solución, según el dermatólogo Vicenç Rocamora, reside en que los atletas conozcan y utilicen los productos adecuados para proteger su piel como, por ejemplo, el protector solar. “El problema es que si utilizan un fotoprotector y les pican los ojos o les molesta, ya no lo usan y después notan los efectos de no haberlo utilizado”, ha advertido.
La realización de actividad deportiva, sobre todo en las horas centrales del día, implica un mayor riesgo de sufrir de forma aguda quemaduras solares. “El riesgo más importante al que la piel se enfrenta durante la actividad al aire libre es la radiación ultravioleta proveniente del sol”, ha apuntado el dermatólogo Enrique Casas.