Redacción, 28-01-2015.- El hallazgo de dos nuevos genes que interactúan entre sí para desarrollar una de las forma más agresivas de cáncer de ovario podría servir para diseñar nuevos tratamientos más eficaces y, además de sistemas diagnósticos más precisos, algo muy necesario porque este tumor generalmente no presenta síntomas.
Así, un equipo de investigadores del UNC School of Medicine (EE.UU.) han creado el primer modelo de ratón de la forma más agresiva de la enfermedad y han visto, explica Terry Magnuson, cómo los dos genes interactúan para desencadenar el cáncer y luego impulsar su desarrollo. «Hablamos de un modelo extremadamente agresivo de la enfermedad», basado en las «mutaciones genéticas encontradas en muestras humanas de cáncer de ovario», por lo que ofrece «una representación precisas de la enfermedad humana».
Los investigadores han identificado que las mutaciones en dos genes -ARID1A y PIK3CA-, hasta ahora desconocidas, desencadenan este tipo de cáncer. «Cuando ARID1A es menos activo de lo normal, PIK3CA es hiperactiva -explica Magnuson-, y el resultado es el carcinoma de ovario carcinoma de células claras». Además también han visto que un medicamento, BKM120, era capaz e inhibir el crecimiento tumoral y de prolongar significativamente la vida de los ratones. El fármaco ya está siendo probado en ensayos clínicos en humanos para otros tipos de cáncer.