Redacción, 14-02-2020.- Las cardiopatías congénitas son un tipo de alteraciones en el corazón que se pueden producir durante el desarrollo fetal. La cardiopatía es la patología congénita de mayor incidencia en España, afectando a 8 de cada 1.000 niños nacidos, lo que supone unos 4.000 casos nuevos cada año.
Sin embargo, tal y como recoge Cigna, llevando a cabo un adecuado seguimiento médico y control de la salud durante el embarazo, es posible limitar el impacto de esta problemática, al facilitar la detección en fase prenatal de posibles malformaciones en el corazón o en los grandes vasos sanguíneos del feto.
De esta manera, gracias a los avances en las técnicas de diagnóstico e intervención quirúrgica, así como a las novedades farmacológicas, el porcentaje global de supervivencia en la edad adulta para todo el conjunto de cardiopatías se puede estimar en torno al 90%, con cifras de supervivencia del 98% en cardiopatías como la comunicación interventricular.
Según el último informe de la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular, las cardiopatías congénitas suponen un 6% del total de intervenciones cardiovasculares en España.
En este sentido, es importante tener en cuenta que la mayoría de estas cardiopatías requieren una cierta adaptación en el estilo de vida (en la práctica deportiva, por ejemplo) y mantener una periodicidad en los controles médicos, por lo que es fundamental realizar las revisiones correspondientes con el cardiólogo para adecuar el tratamiento en función de la cardiopatía.
Es muy importante seguir ciertas pautas de prevención durante el embarazo, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS):
▪ Mejorar la alimentación garantizando un aporte suficiente de vitaminas y minerales, en especial de ácido fólico para ayudar a prevenir malformaciones congénitas.
▪ Controlar la diabetes preconcepcional y gestacional realizando las revisiones correspondientes para su adecuada detección y control.
▪ Llevar a cabo los controles analíticos para descartar posibles enfermedades y consultar con el médico antes de tomar cualquier medicación nueva.
▪ Conocer si la madre tiene inmunidad contra la rubéola y otras enfermedades, evitando exposiciones o vacunándose.
▪ Si existen ciertos antecedentes familiares, recibir consejo genético que haga pensar acerca de una alteración genética familiar.