Redacción, 26-01-2015.- Más allá de la inflamación aguda fruto de un golpe o contusión que produce aumento de la temperatura local, enrojecimiento, dolor o hinchazón y cuya función es reparar los daños sufridos existen otros mecanismos de inflamación que se activan en el organismo por muy diversos motivos como malas digestiones, intolerancias alimentarias, alergias o hábitos de vida poco saludables.
Según explica a Infosalus Santi Ávalos, cocinero y autor de ‘La dieta antiinflamatoria’ (RBA,2014), la alimentación juega un papel muy importante ya que a través de una dieta bien planificada es posible descartar alimentos tóxicos o desnaturalizados que, directa o indirectamente, incrementan los marcadores pro-inflamatorios. «Por otra parte, es necesario evitar esos alimentos, que sin ser intrínsicamente tóxicos, pueden ser una causa de irritación para nosotros, ya sea porque nuestro sistema digestivo no los digiere bien o por que nos provocan algún tipo de alergia», señala el autor.
El consumo de fruta, verduras, algas, legumbres y cereales integrales, supone la mejor forma de proporcionar al organismo la fibra vegetal que necesita para favorecer la buena marcha del intestino, mantener la microflora en equilibrio y contribuir a la eliminación de las sustancias de desecho que, de no ser así, pasarían al torrente sanguíneo favoreciendo la inflamación.
Por último, Ávalos apunta que existe una serie de alimentos que, ya sea por sus nutrientes y sus enzimas, o por su contenido en ciertos fitoquímicos, ejercen un poderoso efecto antiinflamatorio en nuestro organismo.