Redacción, 20-03-18. Aunque el 84% de los españoles afirma saber que debe visitar al dentista al menos una vez al año, menos de la mitad (48%) han cumplido esta recomendación, según el Libro Blanco de la Salud Oral, publicado en 2015 por el Consejo General de Dentistas de España y la Fundación Dental Española.
En el Día Mundial de la Salud Oral, que se celebra el 20 de marzo, Eduardo González Zorzano, experto del Departamento Científico de Cinfa, recuerda que “la boca es una de las principales vías de contacto de nuestro organismo con el exterior y una de sus partes más vulnerables: es más sensible a los cambios de temperatura, a sustancias como el café y el tabaco y a la acción de los virus y las bacterias”.
La primera consecuencia de estos microorganismos perjudiciales es la formación de la placa bacteriana que comienza a acumularse en los dientes veinte minutos después de comer y permanece adherida a ellos. Si la placa y el sarro se acumulan en el interior de la boca, la salud bucal se deteriora. El problema más común son las caries dentales. “Aparecen cuando las bacterias presentes en la placa metabolizan los azúcares de los alimentos y producen ácidos capaces de disolver el esmalte”, explica el experto.
La gingivitis tiene lugar cuando las bacterias que forman la placa liberan toxinas que irritan y lesionan los tejidos gingivales. En consecuencia, las encías se inflaman y sangran con facilidad.
A continuación se aportan consejos para una boca y dientes sanos.
- No abuses del azúcar y los carbohidratos refinados. Reducirás las posibilidades de padecer caries o problemas en las encías si reduces en tu dieta el aporte de hidratos de carbono y evitas los dulces y bebidas azucaradas.
- Limita los picoteos entre comidas. Sobre todo, si no cuentas con la opción de lavarte los dientes después, ya que la placa bacteriana comienza a formarse tan solo veinte minutos después de comer.
- Cepíllate los dientes cuidadosamente. Lo ideal es hacerlo después de cada comida. La operación debe durar entre dos y tres minutos y realizarse con una suave presión y pequeños movimientos circulares.
- Renueva tu cepillo cada tres meses. O cuando las cerdas comiencen a verse gastadas. Es preferible que estas sean suaves para evitar que dañen el esmalte dental y que la cabeza del cepillo sea redondeada.
- Usa dentífricos de baja abrasividad con flúor. Aunque el agua potable suele está fluorada, es conveniente optar por pastas de dientes que contengan flúor en su fórmula, pues está demostrado que esta sustancia previene las caries.
- Aprende a usar hilo dental, cepillos y sprays interdentales. El hilo dental se introduce entre los dientes con movimientos suaves de vaivén y sin tocar las encías, para eliminar los restos de alimentos ocultos en los espacios interdentales.
- No olvides cuidar tus encías. Sobre todo, si las tienes muy sensibles, recurre a un dentífrico especial y cepillos de cerdas blandas.
- No fumes. El tabaco disminuye la secreción de saliva, favoreciendo la aparición de bacterias y desequilibrando el ecosistema oral.
- Acude a tu odontólogo regularmente. Debido a que ni siquiera un cepillado profundo consigue eliminar por completo la placa dental, las limpiezas bucales están recomendadas cada seis o doce meses.
- Inculca a tus hijos una buena higiene dental. Conciénciales de la importancia de no comer dulces entre horas y de cepillarse los dientes después de cada comida.