Redacción, 16-01-2015.- A Jesús Prieto (Oviedo, 1944) se le ilumina la cara cuando habla de investigación y de hospitales. Su vida ha girado en estos dos ámbitos de la Medicina y a sus 70 años sigue planificando su futuro en ellos, aunque parte de él será fuera de España, en Angola, donde tiene pensado trabajar en un hospital que ahora se está creando, explica Ángeles López en El Mundo. Su ambición, más allá de premios que no hace suyos sino de todo un equipo, y se centra en hacer llegar los resultados del laboratorio a los pacientes y en conseguir financiación suficiente para el estudio de patologías que todavía no tienen cura, como la cirrosis o el cáncer de hígado.
En Navarra, ha desarrollado todas las facetas más importantes del médico: atender pacientes, la docencia a estudiantes y médicos, y la búsqueda de soluciones terapéuticas, como director del Área de Hepatología y Terapia Génica del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA). Hoy recoge el Premio Nacional de Investigación de manos de los Reyes y probablemente aprovechará, como hizo en su conversación con EL MUNDO, para hablar de lo crucial que es para nuestro país que políticos y sociedad apuesten por el conocimiento.
«Uno de los riesgos de la política es pensar a corto plazo. Los defectos de la economía española son estructurales. Y estamos atendiendo a la coyuntura. Hay que apostar por el conocimiento y la ciencia, en los que se tienen que implicar no sólo los organismos públicos sino la sociedad y los particulares. Pero el Gobierno también debería realizar políticas que faciliten las inversiones de riesgo en empresas innovadoras, muy orientadas al conocimiento y a la exportación, porque la ciencia es global. Esto es una asignatura pendiente y crucial contra la crisis«.
Y esas empresas de innovación podrían ser aquéllas que desarrollen vectores de terapia génica, es decir, herramientas útiles para insertar genes que modifiquen la función alterada de ciertos órganos, como el hígado. En eso ha basado parte de su trabajo este especialista en Medicina Interna y Gastroenterología, que lleva media vida intentando mejorar la salud de los enfermos hepáticos a quienes lanza un mensaje esperanzador en relación a los nuevos tratamientos. «Son muy eficaces, de tal manera que la curación de la hepatitis C se contempla a corto plazo. Se han producido unos avances muy importantes en el conocimiento de la biología del virus y en la caracterización de cada una de sus proteínas. Por esto se piensa, en un futuro no muy distante, en el fin de esta enfermedad, lo cualsupone un avance increíble porque sólo han pasado 25 años desde la identificación del virus hasta el momento actual«.