Redacción, 24-12-2013.- Entre el 10 por ciento y el 20 por ciento de los niños y entre el 5 por ciento y el 7 por ciento de los adultos padece dermatitis atópica en España, una enfermedad crónica que causa picor e inflamación en la piel y que afecta, especialmente, a la parte interna de los codos, detrás de las rodillas, piernas, brazos y cara, aunque también puede cubrir la mayor parte del cuerpo. Según el doctor Juan Arenas, asesor médico de Eucerín, «la mejor defensa es la prevención» porque, además, se trata de una patología que se ha visto incrementada en los últimos 30 años entre un 200 y un 300 por ciento. «El 90 por ciento de los pacientes experimenta esta enfermedad antes de los 5 años, siendo la segunda causa más frecuente de visita al dermatólogo. Además, el 80,6 por ciento de los enfermos acude al médico cuando aparece el primer brote», destaca el especialista, quien subraya que «es durante los cambios de temperatura y de estación cuando la enfermedad se torna más severa y la aparición de brotes agudos es más común».
En las fases agudas de la dermatitis atópica, los pacientes sufren fuertes picores, inflamación y en casos severos eccemas y heridas. «Los pacientes comienzan a rascarse y con ello se inicia un círculo vicioso», asegura. Al rascarse la barrera protectora de la piel se pierde, las bacterias patógenas, especialmente el staphylococcus aureus, se activan y promueven los procesos inflamatorios». Este proceso inflamatorio lleva al paciente a volver a rascarse con lo que se debilita aún más la función de barrera protectora de la piel. La consecuencia es que su sistema inmunitario empieza a funcionar mal, reaccionando contra todo aquello a lo que le es ajeno, por ello, es muy común que pacientes con esta patología desarrollen a la larga otras enfermedades, especialmente alergias, rinitis o asma.