Redacción, 23-04-2019.-El invierno seco que se ha vivido este año reducirá notablemente los niveles de polen en primavera y verano en comparación a años anteriores, por lo que las personas alérgicas no sufrirán una primavera muy complicada. “Un invierno seco supone menos carga de polen en el ambiente y, por tanto, menos síntomas alérgicos y más leves, aunque habrá que esperar a ver cómo avanza esta estación, sobre todo en cuanto a los niveles de contaminación”, explica el Dr. Julio Canabal Sanmartín, alergólogo de HM La Esperanza de Santiago de Compostela.
Tal y como recoge HM Hospitales, este especialista explica que el clima seco y cálido incrementa la contaminación, especialmente por las partículas diésel. Este factor incrementa directamente la alergenicidad del polen y los síntomas de las personas sensibilizadas al mismo.
Asimismo, el Dr. Canabal Sanmartín destaca que en contraposición a la primavera leve que pasaremos «en invierno se constató un incremento de consultas debido a la escasez de lluvias y a niveles superiores de contaminación, lo que provocó que en los meses de enero a marzo se multiplicaran entre 5 y 10 veces los niveles de polen destacando el de las cupresáceas, entre las que se encuentran los cipreses y las arizónicas, y eso se ha reflejado en el aumento de pacientes que tuvieron que acudir a un especialista en Alergología».
El alergólogo de HM Hospitales recuerda que las principales pautas para minimizar el impacto de las alergias pasan por «evitar realizar actividad al aire libre y no secar la ropa fuera en días secos y ventosos, conducir con las ventanillas cerradas y utilizar filtros en los coches, mantener las ventanas del domicilio el mayor tiempo posible cerradas y utilizar gafas de sol y filtros nasales».