Redacción, 13-01-2015.- El aire de Madrid es irrespirable. En estos primeros días de 2015, la contaminación ha superado los límites que la ley permite para todo el año, un ambiente que es el que se encuentran a diario runners o ciclistas pero que no es precisamente el más favorable si el objetivo es hacer deporte de forma saludable, explica Gemma Aniño en Correr y Fitness.
«El riesgo que se corre es provocar una inflamación, disminuir la inmunidad a nivel local del aparato respiratorio, facilitar las infecciones respiratorias o, y esto es empírico, un exceso de continuación elevado puede ser pro cancerígeno», afirma el Dr. Francheck Drobnic, jefe del Dto. de Fisiología del Deporte del CAR Barcelona y miembro de SEPAR
Las consecuencias son así de claras. A pesar de asegurar que nuestra capacidad de adaptación puede ser asombrosa, las consecuencias tienen nombres de posibles enfermedades, secuelas que aumentan cuando hablamos de un ejercicio de alta intensidad.
«Significa que la necesidad de ventilar más es que para conseguir ese oxígeno y eliminar ese anhídrido carbónico hagas un movimiento de introducción de contaminantes de más intensidad y al individuo que es más sensible le da más problemas, y apunto: los deportistas que hacen deporte de intensidad y duración como son corredores, ciclistas, nadadores, tienen mayor facilidad para tener sensibilidad respiratorias y entran dentro del grupo que son más sensibles a la contaminación. ¿La explicación?, es más normal que se lesione alguien que corre que el que está quieto», asevera Drobnic, quien mete a los deportistas en el grupo de riesgo como pueden ser los asmáticos o niños de corta edad.