Redacción, 13-02-2019.-El tratamiento y control ginecológico es pieza clave para dar solución a los problemas que se pueden derivar de los cambios hormonales que se producen durante la menopausia y que inciden en aquellos órganos relacionados con los estrógenos, entre ellos la vagina. La secreción vaginal se reduce y motiva la aparición de picores, irritación y dolor en las relaciones sexuales, según recoge Vithas.
El doctor José Luis Herraiz Roda, ginecólogo del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime de Castellón, explica que “con la disminución considerable de estrógeno que se produce tras la menopausia, los tejidos de la vagina suelen perder grosor, humectación y elasticidad. Estos cambios que afectan el área urogenital de la mujer en la menopausia se conocen como vaginitis atrófica, y se estima que más del 40 por ciento de las mujeres postmenopáusicas tiene dolor vaginal con sensación de ardor o picazón, flujo vaginal escaso, ardor al orinar, sangrado escaso después de la relación sexual o dolor durante la misma”.
Con problemas de atrofia vaginal es fundamental que el ginecólogo prescriba un tratamiento hormonal para que se compense la falta de estrógenos provocada por la menopausia. “El tratamiento a base de estrógenos, -comenta el doctor Herraiz-, asegura la restauración del pH vaginal, aumenta las secreciones y evita el malestar debido a esa sequedad”.
Adquirir hábitos saludables también ayuda a mejorar la hidratación de la zona. “La ingesta de agua a lo largo del día aumenta los fluidos y por supuesto evitar el tabaco y el alcohol ya que en general disminuyen los estrógenos, lo cual aumenta la sequedad vaginal”, subraya el doctor Herraiz.
A nivel de higiene íntima hay que tener en cuenta no utilizar productos que sean secantes. “Se deben adquirir jabones hipoalergénicos y que respeten el pH de la piel y además si se quiere una hidratación específica para la zona, hoy en día existen hidratantes con ingredientes 100% naturales”.