Redacción, 01-02-2015.- Percibir al paciente como un todo es el primer mandamiento en la consulta de la doctora María Isabel Heraso, jefa del servicio de la Unidad del Dolor del Hospital San Francisco de Asís y presidenta y creadora de la Fundación Internacional del Dolor (FID). «Mi teoría es que existe una relación inequívoca entre la psique y el dolor. El dolor empieza en el ánimo y las emociones de las personas. Si estas son malas, producirán sentimientos tóxicos de estrés, de angustia, de depresión.
Y todo ello afectará al sistema nervioso vegetativo, alterando las funciones internas, y por ende, provocando la aparición del dolor», asegura. «Por otro lado, esto es una noticia muy positiva, porque el propio paciente, conociéndose así mismo, puede aportar mejoras a su salud. Y sobre todo, prevenir e, incluso, evitar el dolor», explica.
De todo esto habla en su último libro, «Vivir bien sin dolor de espalda», una obra en la que esta especialista trata de explicar que muchas veces las causas del dolor no están dónde todo el mundo suele buscar. «Si a una persona le duele la espalda, lo que hay que hacer es retrotraerse en su biografía, bucear en sus ancestros.
Pero no para ver si ha heredado genéticamente el dolor, sino para ver cuál ha sido la relación que ha tenido con su familia, ya que suele proceder más de una imitación de la postura de nuestros mayores ante la vida. La mejor forma de ver por qué le duele es hacer el psicoanálisis de cómo ha sido su infancia, y qué problemas ha tenido, de cómo ha vivido los diferentes capítulos de su vida», asegura esta doctora.