Redacción, 27-07-2020.- Según la Sociedad Española de Ginecología, el sangrado vaginal afecta alrededor del 20% de las embarazadas, especialmente durante el primer trimestre de gestación. Cuando este hecho se da en las madres gestantes, siempre es preferible acudir a un centro hospitalario para que un especialista realice la valoración necesaria y descubra el origen del mismo.
Normalmente, tal y como recoge Vithas, si es escaso, no viene acompañado de dolor abdominal y no es persistente, no suele ser motivo de preocupación, sin embargo, existen dos factores importantes como son la cantidad de sangrado y el trimestre de gestación que marcarán la urgencia ginecológica.
Según la doctora Sandra Ortega, ginecóloga de Vithas Castellón, “sea o no abundante el sangrado, yo siempre recomiendo a mis pacientes que me llamen para acudir a consulta o a urgencias ginecológicas que disponemos en el hospital de 24 horas, ya que puede deberse el sangrado a diversas razones y además podría o no tener consecuencias serias para continuar con la gestación”. “Aunque sea un simple “manchado”, -afirma la especialista-, podría indicar el comienzo de un sangrado más abundante y debemos descartar que sea signo de aborto” y subraya que “si el sangrado es abundante, persiste en el tiempo o va acompañado de dolor abdominal se debe descartar la presencia de alguna complicación en el embarazo”.
Unos de los factores que también influye en la urgencia ginecológica ante un sangrado vaginal es el trimestre de embarazo en la que se encuentra la gestante.
La profesional agrega que “el sangrado puede aparecer desde la concepción hasta que el embarazo llegue a término, aunque es más normal al principio del embarazo el sangrado ligero (manchado), es decir, en todo el proceso de implantación del óvulo fertilizado en el útero, y puede deberse a razones que no hacen peligrar el feto como infecciones de orina, cambios hormonales incluso las relaciones sexuales”. Sin embargo, es necesario descartar otro tipo de causas que ponen en peligro la salud del bebé y de la madre como un embarazo ectópico, un aborto involuntario o un embarazo molar (un óvulo fertilizado que se implanta en el útero pero que no vive).